Cueva Talanquera Fuente Maises senda del Madroño; Rastras de Albanchez

[Juan José Frías Mora]

En las ocasiones que había ido a las Rastras, me habían quedado pendientes algunas cuestiones. La primera, localizar Cueva Palanquera; ésta guarda el secreto de un cruento asesinato. Una señora fue desmembrada por su esposo, con un hacha. En esta cueva (realmente covacha o abrigo) y otras oquedades de la Cañá del Sabinar, se refugió durante algunos meses hasta que fue detenido.
En segundo lugar, localizar los dos nacimientos de agua que surten al soberbio pilar del Zarzalar. El primero, la llamada fuente del Zarzalar, que se encuentra muy cercano al pilar y el segundo; la fuente de "los Maises". Ésta nace, rezumando bajo una losa, en Rastra Grande. El agua está canalizada hasta el pilar, mediante una manguera de pvc.
Y tercero, recorrer el sendero del Madroño, que parte desde el Morrón hasta la Mesa, donde se localizan bastantes ejemplares sueltos de madroño (Arbutus unedo). Me quedó por escudriñar, más en detalle, la cañá de la Bujea, pero en lo que puede ver, no encontré ningún boj.

Ruta
Comenzaba en la Fuente de los Casares y siguiendo el trazado de GR-7 me dirgía, a La Mesa para ascender por el camino de la Cuerda pasando junto a la Piedra del Siete y el Ochuelo. Cruzaba la valla ganadera para seguir cresteando hasta Peña Blanca por donde me descuelgo a la Cañá del Sabinar. Una zona muy rocosa, en umbría, dejando por debajo el Picacho del Navarro y la fuente del Junquillo. Encontré dos o tres oquedades que podían haber servido de guarida, aunque solo una, orientada a la salida del sol, tenía piedras dispuestas a modo de protección, y ésta era la referencia que Santos me había dado.
En esta búsqueda localicé entre otras muchas especies, dos colonias de Viola cazorlensis y otras dos, del llamado Sello de Salomón (Polygonatum odoratum) identificada por Rafael Fenoy y la curiosa Dabra hispánica, sub. hispanica identificada por Luis Ruiz y utilizada como remedio ante los dolores mas fuertes e insoportables.
Encontrar el manantial de "los Maises" es fácil pues, en el peor de los casos, sigues la goma hasta el nacimiento. Lo malo es que si bajas mucho, la subida, muy pendiente, cuesta un poco. Localizar el manantial del Zarzalar es sencillo; pues está en las inmediaciones del pilar.
La vuelta la hice buscando el paso desde el Morrón, cuya subida, también muy pendiente hay que hacerla siguiendo las candongas, perfectamente trazadas pos las ovejas. Desde el Morrón a la Mesa es una sucesión de pequeños barrancos con subidas y bajadas, sin descender mucho al fondo de los mismos, donde es llamativo encontrar bastantes ejemplares de madroño, aunque ninguno de boj, a pesar de la existencia de uno de ellos, con este topónimo. Para finalizar se pasa por el Linar, una zona degradada y antiguamente cultivada, que se encuentra literalemente "sembrada" de lino (Linum narbonense).

Por último destacar la cantidad de rastras y pedrizas que se cruzan, siguiendo este trazado.
Además de "los acerales", que están espectaculares en este mes. El arce junto al mostajo, majoleto, guillomo, quejigos y cornicabras forma el típico bosque caducifolio mediterraneo en altura. Es muy importante; vital, para la supervivencia de muchas de las especies animales; pues todos ellos producen frutos y bayas que soportan muy bien el invierno, siendo su alimento básico, en esta dura etapa del año.



manantial de los Maises


Cueva Talanquera


rastras, rastras y mas rastras