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Cuesta de los Arrieros, La Muela, el Roto, Almoteja
Peinando la Lancha de la Agracea: Cuesta de los Arrieros, Roblehermoso, La Muela, el Roto, La Almoteja.
Cautivadora y fascinante ruta; genuinamente Villana, con extraordinarios y bellísimos paisajes, soberbios cortados e insuperables desniveles; Parajes idílicos, pendientes imposibles, naturaleza y belleza; 100% Villana!!! Auténtico estilo “Pepe Cabrera”, al que agradezco su determinación por hacer esta ruta y que además, “soporte” mis madrugones. Esta singularidad orográfica se ve reflejada en la flora de estos cortados; Paredes salpicadas de Sarcocapnos baetica subps baetica ( en peligro de extinción según el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas) y Campanula mollis otro endemismo del sureste peninsular y norteafricano. Aunque la especie más simbólica es la Almoteja (Ulmus glabra) u Olmo de Montaña. Un árbol de altas montañas y ambientes muy húmedos y que en nuestra sierra tiene carácter relicto. La ruta: Comenzábamos, temprano, en la Ermita de Jesús del Monte, para encarar el antiguo camino de la Cuesta de los Arrieros. Muy deteriorado por la erosión, está siendo devorado por la vegetación y este camino se terminará perdiendo, como tantos otros. Antes de llegar a Cortijo Caído (casa de Linarejos), nos acercamos a los cortijos de Casablanca y la fuente del Tejo. Tras esto, encaramos la subida al collado entre el Cerro del Postre y la Lancha de la Vieja; Seguiremos cresteando por las Correeras, hasta subir a Roblehermoso. Una vez en el vértice, bordeamos la Muela para visitar la numerosas tinás (tinás de la Muela) unas, simples corrales de piedra seca y otras más elaboradas, con muros y cubiertas. Desde la cima, al ver reunido, en los cortijos de la Muela, un magnifico rebaño de cabras de raza Blanca Andaluza, nos acercamos a charlar con el pastor, que resultó ser Santos Punzano, de Santo Tomé. Las había reunido para “echarle los machos”. En esta época reúne a machos y hembras para que las cubran; es época de celo. Tras un rato de charla, se acerca Matías, “el de las Canalejas”. Antiguo pastor nacido y criado en el cercano Cortijo de las Canalejas. Evidentemente, había que preguntarle por topónimos de lugares. Entre otros, nos indicó la existencia de “el Roto”; un paso que salva el escalón entre la Cereceda y La Muela, situado en el borde el Barranco de los Toros. No podíamos irnos sin conocerlo!!. Es una pequeña garganta, muy pendiente, en cuyo extremo superior se atraviesa de lado a lado, por el interior de una galería; “un roto” en la piedra. La anterior ocasión que estuvimos en la zona JD Cano, nos indicó la existencia de este lugar, y lógicamente, no se nos había ido de la cabeza. Con rapidez e impaciencia, le pedí información de cómo llegar a este lugar. Nos dio abundantes y detalladas indicaciones; suficientes para que personas avezadas en la sierra, hubiesen dado con el Roto. Pero al ver que yo le repetía, con insistencia infantil, que repitiera las indicaciones, comprendió que nuestra limitada capacidad, haría imposible, por sí solos, su localización. Se brindó a mostrarnos el camino desde La Muela, por el Barranco de los Toros (impresionante cornicabral de gran desarrollo, que en esta época, está a punto de ser un espectáculo visual, sin igual). Una vez allí, nos confesó que llevaba más de 25 años sin volver por aquí y tras despedirnos, se volvió caminado al Cortijo de las Canalejas, agradeciéndole infinitamente su amabilidad para enseñarnos el paraje y otra salva de topónimos desconocidos para nosotros. Antes de irse nos indicó la existencia de un cuestarrón muy, muy pendiente, denominado la Almoteja, donde además había un camino, que recorre la base de la lancha y que conecta con el tranco de la Vieja. Le indiqué que una vez allí, la idea era bajar por el Roto y subir por la Almoteja y volver. Sic: “ande vais!!!!”, “si subís el cuestarrón, no llegáis al coche ni a las cinco de la tarde!!!!”. Eso, tiene más de doscientos metros de reventón y a la mitad ya no sabes si seguir o bajarte!!!! Una vez atravesado el Roto, recorremos un pequeño cinto sin salida y descendemos a la Cereceda, para buscar la cuesta de la Almoteja. La subimos y volvemos a bajarla, para buscar ese camino alto (camino de la Almoteja) que nos llevaría al tranco de la Vieja y que ya nuestro buen amigo Manuel Rubio, nos había hablado de su existencia. Bastante claro al principio, se va difuminado, estando casi perdido, aunque el encontrar varios resiegos en diversos puntos del camino, nos cercioró de que íbamos en el buen camino. Conectamos con el tranco de la Lancha de la Vieja y volvimos a nuestro punto de partida en la Ermita de Jesús del Monte. Esta ruta, finalizó con una “penitencia clásica” en Villanueva del Arzobispo. Queda pendiente la localización de la fuente de las Víboras, cercana a Fuente la Higuera, además del camino que sube desde los Tres Puntales, y éste a su vez, comunicarlo con la Cueva y cenajo de Los Reales. También la fuente de la Música. El Roto Almoteja |
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La, muy perdida, senda de la Cuesta de los Arrieros
Antes crestear las Correeras, nos asomamos al tranco de la Vieja, por el que luego regresaríamos por la tarde En Roblehermoso Esta foto no está trucada, es que por donde nos metió el pariente, hacían falta tres manos!!!! |
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Hermoso rebaño de cabras de raza Blanca Andaluza, propiedad de Santos Punzano, de Santo Tomé
Matías llevándonos al Roto, por el barranco de los Toros entrada |
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no tiene salida |
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Olmos de Montaña o Almotejas, que dan nombre al paraje |
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Con bastante menos vértigo que los buitres
Villanueva del Arzobispo, a vista de buitre Muy abundante aquí, este endemismo betico-nortefaricano está ahora aquí en flor Campanula mollis |
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resiegos en el sendero; vamos bien Espantalobos |
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Ya de vuelta, por los Arrieros
Cueva la Úrsula, ultimo cenajo donde se han encerrado toros para arar los campos de labor En esta ocasión, como en todas las que acompañamos al pariente, hemos sudado la camiseta!!!! |
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Cita:
Saludos GRANDES VILLANOS... |
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