1. Km 0 - Cazorla
La ruta parte de Cazorla,
junto al río Cerezuelo
-también llamado de
Cazorla-, muy cerca de la
Plaza de Santa María y en
el camino que sube al Castillo
de La Yedra. Este río
y su entorno han sido restaurados
hace pocos años
y dispone de un agradable
sendero para disfrutarlo.
Nuestra ruta gira a la izquierda
a los pocos metros
de su inicio, pasando
a la orilla derecha del río.
La fuerte pendiente hace
que enseguida ganemos
altitud, siempre en un ambiente
muy frondoso, entre casas, huertas y chalés, enlazando diversos caminos con distintos tipos
de firme cuyos cruces están bien señalizados con marcas de cuatro colores, ya que en este primer
tramo nuestro GR coincide con otros senderos de pequeño recorrido -PR- y un sendero local -SL -.
Si miramos hacia atrás veremos una bella estampa del pueblo de Cazorla coronado por su castillo, y
al fondo, la campiña olivarera y Sierra Mágina. El camino que recorremos es el que tradicionalmente
han usado los cazorleños para subir a la sierra andando o a lomos de sus caballerías.
El valle que tenemos a nuestra derecha merece ser contemplado con detenimiento por su frondosidad.
También podemos ver, en la vertiente contraria a la que estamos recorriendo, las ruinas del Castillo de
las Cinco Esquinas, o de Salvatierra, que así se llama el cerro que corona. Se trata de una fortificación
de finales del siglo XII, cuya torre tiene una curiosa planta en forma de pentágono irregular. Pasaremos
al lado de la humilde ermita de San Sebastián, al parecer de finales del siglo XV, que queda a nuestra
izquierda.
De tanto en tanto veremos en el fondo del valle los pequeños saltos que hace el río, cuyas aguas movieran
en su día las piedras del molino de Tíscar. Mientras, durante algunos trechos, el paisaje no puede
ser más ameno, con huertos, bancales, higueras, caquis, chopos, algunos olivos, y al fondo, la muralla
de poderosos farallones de la cuerda de un sinclinal, por los que se despeña la larga cola de caballo de
la cascada de La Escaleruela, cuya visibilidad depende de la época del año y las precipitaciones caídas.
La armonía entre hombre y naturaleza en estos parajes se expresa también en sus sonidos: el balido de
las ovejas, el agua del río, las campanas de Cazorla y el canto de los pajarillos, que son tan abundantes y
variados como los recursos que aquí encuentran.
2. Km 2,2 - Fuente de Nacelrío
Unos 100 metros después de haber cruzado el río por un puente llegamos a la fuente de Nacelrío, donde
hay un cruce que debemos tomar a la derecha. A la izquierda iríamos a la ermita de la Virgen de la
Cabeza en una hora. Por este santuario pasa la etapa 10 del GR 247, a un kilómetro de su final, lo que
conviene tener en cuenta si queremos hacer recorridos alternativos. A partir de aquí nos internamos en
los territorios de los bosques y los roquedos, comenzando por un ancho camino en medio de un pinar
de pino carrasco.
Tras cruzar el arroyo de La Malena en el kilómetro 2,7 encontraremos una nueva fuente y una pequeña
área recreativa con una buena chopera y un precioso mirador hacia Cazorla. Unos metros más adelante
(casi un kilómetro después de la fuente de Nacelrío) llegamos al fantástico mirador de Riogazas, un
gran balcón desde el que vemos todos los parajes que hemos recorrido hasta este momento, identificados
en un panel interpretativo nos ayudará a conocer mejor el paisaje que estamos disfrutando, donde
la Peña de los Halcones a la derecha y la Loma del Castillo a la izquierda forman una gran uve en cuyo
pie está el pueblo de Cazorla.
3. Km 3,6 - Caseta del control de Riogazas
Llegamos a la antigua caseta del control de Riogazas, que antiguamente era un punto de inspección
de los vehículos que transportaban la abundante madera que siempre han producido estos montes.
Encontramos una ancha pista forestal que hacia la derecha se dirige a la casa forestal de El Chorro y el
Collado Zamora. Si la siguiéramos, enlazaríamos al cabo de 3 kilómetros con la etapa 11 del sendero
Bosques del Sur a la altura del kilómetro 5,2.
Nosotros la cruzamos para continuar de frente por una senda que enseguida se ensancha convirtiéndose
en un buen camino con piedras a los lados. 300 metros más adelante cruzamos de nuevo la misma
pista y seguimos por nuestra senda al frente. Pronto comprobamos la importancia que tuvo este camino
tradicional por su anchura y por los calzos y hormas de piedra seca que tiene. Pasamos por una zona
repoblada con cipreses y a la izquierda veremos una vez más la cascada de la Escaleruela.
En el kilómetro 4,4 encontramos otro cruce con la pista forestal antes citada, que tomamos a la derecha,
para abandonarla a los pocos metros por la senda que sale a la izquierda y que arranca con un escalonamiento.
Tras pasar junto a una fuente-abrevadero el camino se interna en un pinar de pino negral,
más denso que los que nos han acompañado hasta ahora. La mayor humedad hace que aparezcan
los musgos y la hiedra, así como algunos pinos laricios, arces, majuelos y guillomos o durillos blancos
(Amelanchier ovalis). La senda, que asciende por las laderas del Cerro de Cagahierro, es panorámica en
algunos tramos.
En el kilómetro 6,2 pasamos por una zona encharcadiza donde hay que seguir la ruta fijándose en las
piedras que marcan el camino.
4. Km 6,3 - Collado de Cagahierro
Llegamos al collado de Cagahierro. A la derecha parte un camino por el que enlazaríamos en tan solo
un kilómetro con la etapa 11, en el tramo comprendido entre el monasterio de Montesión y el famoso
paraje de El Chorro. Nuestra ruta continúa al frente, en ascenso sostenido, pasando por un pinar
de laricios de repoblación. A partir del kilómetro 6,7 el pinar es sustituido por el encinar, pero según
subimos, el terreno está pronto cada vez más pelado, con piornos, espinos arlos (Berberis hispánica) y
algunos guillomos. La ausencia de arbolado permite disfrutar de extraordinarias vistas hacia la campiña
jiennense. Este portentoso tramo por la Lancha del Gilillo, hasta el Collado del mismo nombre, es sin
duda uno de los de mayor personalidad de todo el sendero Bosques del Sur. El camino es ancho y bien
construido, con sus hormas de piedra seca. A la derecha está flanqueado por grandes cantiles, farallones
y rocas desprendidas, mientras a la izquierda la vista se pierde hasta lejanos horizontes, viéndose en
primer plano pueblos como Quesada y Peal de Becerro.
En el kilómetro 7,4 pasamos un pequeño collado tras el que aparece al frente El Gilillo, muy pelado y
rocoso, mientras a la derecha, abajo, veremos los cortados de El Chorro. Nuestro extraordinario camino
sigue serpenteando, sin estar ya pegado a los farallones y con un relieve más suave. Aparecen manchas
de enebro rastrero, perfectamente adaptado a los vientos, las nieves y los suelos pobres, y nos sorprenden
algunos ejemplares de mostajo (Sorbus aria), arbolillo relativamente frecuente en el norte de
España pero bastante escaso en el parque natural.
5. Km 8,3 - Collado de Gilillo
Este punto es un hito importante de la etapa porque cambiamos de vertiente y la dirección del sendero
deja de ser hacia el sureste para dirigirse hacia el noreste, abriéndose impresionantes vistas hacia las
montañas que flanquean la vertiente derecha del valle del Guadalquivir, como el Calar de Juana y la
Loma de La Mesa. Es muy recomendable desviarse de la ruta para subir a la cumbre del Gilillo, que está
a solo 500 metros, y que con sus 1848 m de altitud, nos brinda unas increíbles panorámicas en todas las
direcciones. Por el este vemos Sierra Mágina, coronada por el pico del mismo nombre, que es el más alto
de la provincia de Jaén (2164 metros), extendiéndose las vistas hasta más allá de la Loma de Úbeda, en
la campiña. Más hacia el sur, en días claros podemos ver alzarse a lo lejos las blancas cumbres de Sierra
Nevada. Las vistas meridionales, ya sobre las montañas del parque, están coronadas por el pico Cabañas
e incluyen el nacimiento del Guadalquivir. Hacia el este vemos la profunda hendidura del valle de este
río y las montañas que lo flanquean por el lado opuesto, como el Calar de Juana y los Poyos de La Mesa.
Y finalmente, hacia el norte, los interminables telones montañosos de las Sierras de Las Villas y Segura,
donde destacan El Banderillas, El Yelmo y los calares del Espino y Navalperal.
De vuelta a nuestra ruta, abandonamos el ancho camino por el que hemos caminado para tomar una
pequeña senda que sale a la izquierda, junto a las ruinas de una antigua caseta de vigilancia. Reaparece
el arbolado, al principio con pequeños pinos laricios, y en seguida vemos un pequeño y precioso quejigar.
A la derecha continuamos teniendo grandiosas vistas hacia el valle del Guadalquivir.
700 metros más adelante llegamos a un nuevo collado con una agradable pradera donde giramos de
nuevo a la izquierda, dejando de tener vistas hacia el valle. La senda, muy estrecha al principio, pasa por
un pinar y llega a una amplia hondonada que rodea por la derecha. El paisaje aquí es muy llamativo,
estando dominado por una alfombra de piornos y enebros rastreros, así como rocas con perfiles dentados
y formas muy caprichosas. Tras un corto ascenso alcanzamos otro pequeño collado (kilómetro 9,8)
en el que volvemos a ver el valle del Guadalquivir, discurriendo nuestra estrecha senda entre piornos y
por suelo bastante rocoso.
6. Km 10,15 - Collado
La ruta, siempre por la Loma de Los Castellones, llega a otro collado en el que nace, a la derecha, un
agreste y estrecho barranco formado por un arroyo tributario del arroyo Cerezo, afluente a su vez del
Guadalquivir. Las vistas son espectaculares, teniendo al este el valle del Guadalquivir.
Nuestra estrecha senda continúa por suelo rocoso, en el no pueden crecer otros árboles que algunos
pinos laricios pequeños y retorcidos, pero en el que aparece la sabina rastrera y, más adelante, el boj y
el enebro rastrero. En el kilómetro 11,3 la ruta gira a la derecha cambiando de vertiente, descendiendo
en zigzag por pinar, que ahora es más denso y que deja entrever en algunos tramos el valle del Guadalquivir.
Los pinos van siendo más grandes según bajamos, aunque tienen muy poco sotobosque, porque
bajo ellos solo crece el enebro rastrero.
En el kilómetro 11,6 pasamos por un raso muy agradable en forma de suave hoya, que puede llegar a
encharcarse en el centro y en cuyo margen derecho hay una alineación de rocas que parecen hincadas
en el suelo. Salimos de la hoya por la derecha, fijándonos en la baliza correspondiente, y tomamos de
nuevo un camino ancho y con buen firme. Tras llanear durante un trecho, descendemos otra vez por
pinar en el que aparecen espinos arlos, laureolas, rosales y guillomos, con vistas intermitentes hacia el
valle del Guadalquivir.
7. Km 12,2 - Puerto del Tejo
En este collado, con hermosísimas vistas hacia ambos lados, nuestro camino llega a una importante y
nítida bifurcación. La de la izquierda nos llevaría hacia la ermita de la Virgen de la Cabeza, rodeando
el Cerro de la Laguna por su vertiente sur. Si vamos sobrados de tiempo, se recomienda recorrer uno
o dos kilómetros y volver al Puerto del Tejo, solo por el placer de disfrutar de las vistas impresionantes
sobre el agreste barranco que recorre, así como del propio camino, amplio y bien construido a la manera
tradicional.
Nuestra ruta, en la citada bifurcación, continúa por la derecha, por pinar de pino negral con enebros,
sabinas y encinas. Poco a poco se va ensanchando hasta convertirse en una pista forestal en la que aparecen
algunos robles (quejigos). En el kilómetro 13,8 hay una bifurcación en la que debemos tomar a la
derecha. En el último tramo nuestra pista desciende con bastante pendiente.
8. Km 15 - Refugio casa forestal de El Sacejo
Nuestra etapa finaliza en esta antigua casa forestal, en la que se ha habilitado un refugio. Está situada a
pocos metros del Parador de Cazorla, establecimiento que fue pionero en el desarrollo turístico de la
Sierra de Cazorla. Hay una fuente.
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