1. Km 0 - Campo del Espino
El inicio de esta derivación del GR 247, se encuentra en la etapa 16 que discurre entre el refugio del
Campo del Espino y el refugio de Rambla Seca, a 900 metros del primero en dirección oeste. Es muy fácil
identificar el inicio, ya que existe una barrera para impedir paso de vehículos a motor. Hemos de seguir
con atención las balizas que nos indican la ruta, que se dirige hacia el cortijo del Campo del Espino.
Cruzamos por la Cañada Carabina y a 0,8 kilómetros del inicio dejamos a nuestra izquierda el citado
cortijo del Campo del Espino, restaurado recientemente. A la izquierda del mismo los pastores suelen
colocar piedras de sal a los rebaños de ovino (como complemento de su alimentación), por lo que es
muy frecuente observar fauna salvaje (ciervos, gamos, muflones o cabras monteses) en esa zona.
Justo delante aparece un bosque de pino laricio entre roquedos, y hacia la derecha hay un cerro pelado
destaca en el paisaje. Es el Majal de la Carrasca, pasando la pista pasa entre el pinar y la base del citado
cerro, manteniendo la dirección oeste.
A 3 kilómetros del inicio llegamos a una bifurcación. Al frente está el camino a Pinar Negro, finca que
conserva el valioso pinar de alta montaña que hemos bordeado. Nosotros continuamos hacia la derecha
por una pista que serpentea suavemente entre suaves colinas desarboladas. A escasos 300 metros
llegamos a un balcón natural sobre el valle del Aguamulas, el Guadalquivir y otros muchos lugares del
parque. Aquí somos capaces de dimensionar nuestra ruta por su estratégica situación geográfica y su
notable altitud, porque aunque ya desde el comienzo nos encontrábamos a más 1700 metros, es ahora
cuando adquirimos la sensación de altitud.
2. Km 3,3 - Bifurcación
Pasaremos por varias bojedas y veremos el original paisaje vegetal que conforman los grandes pinos
laricios rodeados de una alfombra de enebros rastreros.
3. Km 6 - Camino de herradura
Finaliza la pista para continuar por una estrecha senda que se asoma por un instante hacia la vertiente
oeste de esta cordillera y que continúa ascendiendo, en la misma dirección, con grandiosas vistas.
4. Km 6,7 - Caseta de vigilantes El Banderillas
A los 700 metros llegamos a la cima de El Banderillas, donde se encuentran dos casetas de vigilancia de
incendios y donde hay una de las panorámicas más amplias del parque natural, ya que hemos de tener
en cuenta que esta es la mayor altitud sobre el valle del Guadalquivir. Hacia la derecha, por la cresta, podremos
llegar al punto geodésico a algo más de 200 metros. Las vistas son fabulosas. Hacia el norte, en
primer plano, tenemos el Castellón de los Toros, al fondo el embalse de El Tranco y más allá los numerosos
calares y cumbres de la Sierra de Segura, entre las que destaca la de El Yelmo. Hacia el este divisamos
la mole de La Sagra, en Granada. Hacia el sur vemos dos picos emblemáticos del parque, El Empanadas
y El Cabañas, ambos con una altitud que supera los 2000 metros. Y hacia el oeste, las cumbres del otro
lado del valle del Guadalquivir que van desde El Gilillo hasta el Pedro Miguel.
Más allá del final de esta derivación es gozoso continuar hacia la izquierda por un viejo sendero de
pequeño recorrido que nos llevaría por la cuerda de El Banderillas, durante 2,5 kilómetros, al Tranco
del Perro, paso antiguo de camino de herradura que comunicaba ambas vertientes de esta montaña.
5. Km 5,2 - Cumbre de Peñalta
Llegamos a la caseta de vigilancia forestal de la cumbre,
encaramada en un riscal muy aéreo. Las panorámicas
son extraordinarias en todas las direcciones.
Hacia el norte vemos Benatae, Siles, la Piedra del
Cambrón y el pico Almenaras, ya en la Sierra de Alcaraz,
ensanchándose las vistas por la inmensidad de las
llanuras de La Mancha. Hacia el sur destaca la mole
de El Yelmo, Segura de Sierra coronada por su castillo
y, al fondo, las aguas del embalse de El Tranco y las
Sierras de Cazorla y Las Villas. Y por el este, contemplamos
los grandes calares segureños de Navalperal,
El Espino y Cobos.
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