setas en Mata Bejid

[Juan José Frías Mora]

Corta e intensa ruta micológica en ese extraordinario paraje, tesoro botánico y paisajístico, que es la finca de Mata Bejid (Cambil, Jaén).
Inicio mi ruta en el centro de visitantes de Sierra Mágina, en dirección a las ruinas del Cortijo del Peralejo. Prosigo hasta el Cortijo de la Umbría, cruzando la carretera para “adentrarme” en la espesura, cuasi selvática, de la boscosa Umbría de los Corzos (ladera frente al centro de visitantes). Salto a los Llanos de la Nava y por un cortafuegos llego a la Peña del Águila, descendiendo por la vía pecuaria (hoy un triste carril) hasta la Cortijada de Mata Bejid. Vuelvo al vehículo junto al cauce del Arroyo del Peralejo, en paralelo a la carretera Cambil-Huelma.
Finalicé tomando el bocadillo en la modesta y recatada Ermita de la Purísima, en la Cerradura, que se ubica, literalmente; bajo la autovía de Granada.

Mata Bejid es un paraje de cargado de historia donde, antaño, se ubicó el Convento de los Oviedos. Estos frailes fundaron primero un convento en Carchelejo, y posteriormente, se llevaron con ellos, la advocación de la Virgen de la Esperanza a Sevilla, al fundarse allí otro Convento. De aquí viene la advocación de la Virgen Esperanza Macarena de Sevilla.

La vieja casa original, pasó a manos privadas tras la desamortización de Mendizábal. El monte permaneció en manos del Ayuntamiento de Jaén hasta su venta a finales del XIX, pues se encontraba en bancarrota. El monte fue dondado por los reyes católicos al municipio de Jaén en agradecimiento de los servicios y aporte de personas para la Conquista de los castillos de Cambil y la toma del Almadén.
La casa posee un impresionante manantial de agua, amplísimos jardines, zonas de recreo, capilla (con el techo parcialmente hundido), una pequeña central hidroeléctrica, árboles de porte descomunal (chopos, plátanos de sombra, mermecinos espectaculares,………………). Es reflejo de un antiguo esplendor, que hoy, raya la decrepitud, debido al estado casi ruinoso de las edificaciones antiguas y el crecimiento incontrolado de vegetación. Soy consciente que debe ser muy caro mantener este caserón, en buenas condiciones de habitabilidad, pero da pena verlo en este estado. Un rayo de luz!!!, están realizando obras en la vieja casa azul.

[Juan José Frías Mora]

Comencé encontrando varias especies de Cortinarios, todos ellos tóxicos, al igual que todas las especies del género. Se caracteriza por tener una especie de tela de araña (cortina), bajo el sombrero, que abraza el borde del sombrero y las láminas y deja siempre restos en el pie. Es mas o menos patente según las especie concreta
Cortinarius infractus, bajo encinas, con un tono ceniza y láminas muy oscuras, color tabaco




Cortinarius trivialis, muy fácil de identificar por su color marrón nogal, la patente cortina y el pie jaspeado

[Juan José Frías Mora]

Camino hasta el antiguo cortijo del Peralejo Es una cortijada donde debían vivir muchas familias




aquí encuentro la Xylaria hypoxilon
Pequeña y curiosa seta emparentada con cagarrias, orejones, yesqueros y trufas, con un aspecto que recuerda a las astas de los ciervos.

[Juan José Frías Mora]

Tras llegar al cortijo de la Umbría, cruzo la carretera buscando la espesa y emnatojaáááá, Umbría de los Corzos. Con este nombre, tan evocador, tenía que tener muchas setas y así fue.
Sobre el terreno hice pocas fotos, tenía las manos ocupadas en mantener el equilibrio, aunque el resultado fue inmejorable. Tal vez faltaron níscalos, pero no es monte de Lactarius comestibles. Eso sí, de otas muy apetecibles como Plateras (C geotropa) Pie azul (Lepista nuda y L. sordida), Champiñones (Agaricus arvensis y el tóxico Xanthoderma), Cuescos de Lobo (Lycoperdum perlatum y L molle), Boletos (Suillus granulatus),.....

La siguiente foto es de Coprinus alopecia. Similar al C. atramentarius, usado en los tratamientos para la rehabilitación del alcoholismo, por las desagradables reacciones que se producen al consumir alcohol, a la vez que estas setas.


Tricholoma striatum. No comestible por su sabor amargo. Aunque hay personas de la Asociación que las trocea y las "endulza", como las aceitunas, eliminando el amargor al cambiar varias veces el agua. Es que, hay gente "pa to".




Llanos de la Nava y su cortijo (también de gran importancia, por la notable construcción), detrás, en segundo término Mata Bejib y al final la Serrezuela de la Mata (entre nieblas) y la Peña de Jaén. Entre ambos el collado de los Cuatro Aguaeros.

[Juan José Frías Mora]

Camino ahora por el cortafuegos, recientemente desbrozado en dirección a la Peña del Águila. Después me acercaré al covarrón y la clara que se aprecian en la ladera de enfrente.


Collado de la Peña


Peña del Águila desde la carretera Cambil-Huelma


Mata Bejid desde la cima de la Peña

[Juan José Frías Mora]

Un respiro


la bella y peligrosa seta de Olivo


Inocybe rimosa, seta tóxica que puede confundirse con la apreciada seta de los Caballeros o Tricholoma equestre


La muy abundante y también muy picante leucopaxillus gentianeus

[Juan José Frías Mora]

Cara sur de la peña del Águila





En esta ladera me encontré un gran quejigo con varias marcas de hacha y lo curioso es que en unos
de sus cortes se aprecia, con didáctica precisión, el misterio de los hongos. El micelio blanco (propiamente el hongo) y su fruto, la seta, brotando del micelio.

[Juan José Frías Mora]

Por fin llego a Mata Bejid


Sorprendente forma de sujetarse el cartelito


La verdad es que el paraje es de una belleza descomunal


Una solitaria rana, hace guardia junto a la fuente, frente a la capilla

[Juan José Frías Mora]

Todos los árboles son aquí soberbios; a mí me sorprenden estos inmensos "mermecinos"




Setas parásitas, sobre madera moribunda. Irónico reflejo de la decadencia de este maravilloso lugar

[Juan José Frías Mora]

Tras llegar al vehículo, paro en La Cerradura a tomar el bocadillo. El insólito restaurante se localiza en la fuente de la Ermita de la Purísima, patrona de la Cerradura, antaño dedicada a la Santa Cruz. Tras la construcción de la autovia a Granada, se halla justamente bajo ella. Tiene un encanto especial, por la paz que se respira bajo la vorágine de la autovía.