Senderismo Familiar: Peña del Águila y su cueva Chaparro, Mata Begid

[Juan José Frías Mora]

A pesar de que este pasado domingo, era el del cambio de hora, hubo gran afluencia, sobre todo de niños. Comenzamos en la casa señorial de Mata Begid, que aún mantiene el reflejo de aquella época donde el torero Ricardo Torres “Bombita” y su hijo D. Román, daban nombre y esplendor a este precioso rincón de Mágina.
Comenzamos la excursión visitando una de las pocas centrales hidroeléctricas de principios del siglo XX, que aún permanecen en uso en España. Una muy reciente avería y su elevado coste ponen en serio peligro su continuidad. Nos acompañó gentilmente Juan Rodríguez Lerma, antiguo guarda de la finca, cuya historia resumida, se relata en el interior de una botella, en el paraje de Llano Vaquero. Nos contó numerosas anécdotas sobre fiestas y monterías de esa pasada época, donde acudían la “flor y nata” de la nobleza española y de la política, incluyendo, “la presencia habitual” del jefe de Gobierno del Régimen preconstitucional, General Francisco Franco.
Proseguimos nuestra excursión hasta la cima de la Peña del Águila, donde tras tomar un respiro, descendimos por “un estrecho canutillo”. Este punto fue la sal de la excursión, pues además la dificultad del descenso, se puso en boca de todos los adultos presentes, gran parte de mi familia (de los vivos y de los fallecidos).
La entrada a la cueva también tiene mucho encanto. Al final de la misma existe una estrecha galería, donde cuentan que era el lugar donde Chaparro se escondía, tapando la boca con piedras, mientras huía de Guardias Civiles y maridos, “mancillados en su honor”.
Una de dos o este Chaparro era una lagartija o era un consumado contorsionista (me vienen a la cabeza dos conocidos, que tal vez sean una de las dos cosas y tal vez sean los únicos capaces de acceder!!!!).
La bajada hasta la vía pecuaria también pendiente fue mucho mas tranquila que el canutillo, aunque no me dejaba de sonar los pitidos en mi cabeza.
Para finalizar, pasamos junto a las ruinas del convento de Santa MAria de Oviedo (en referencia al rio que corre a sus pies). Estuvo regentado por monjes Agustinos, que antaño moraban en este lugar en el siglo XIV y que tras pasar por el convento de Cazalla en Carchelejo, se llevaron la advocación de la Esperanza a Triana, al fundarse allí otro convento de la Orden; siendo éste, el origen de la famosa advocación Trianera.






Que valor!!!!

[Juan José Frías Mora]

Con Juan Rodríguez Lerma, en al central hidroeléctrica

[Juan José Frías Mora]

Con el arroyo del Peralejo algo crecido, un primer punto de diversión. Por supuesto, niños en brazos!!




luego, dejamos la pista para tomar parte del antiguo sendero


los niños, como los corderos!!

[Juan José Frías Mora]

En el collado

[Juan José Frías Mora]

Sobre el mismo mirador, un respiro para un bocadillo y contar historias del Bombita y la Goya, monterías y fiestas, la preciosa leyenda de San Cristobalón (en la iglesia de san Ildefonso de Jaén hay un inmenso cuadro del Santo con el niños Jesús "a cuestas").
enlace leyenda http://cvc.cervantes.es/el_rinconete...8032010_01.htm
En esta primera foto, el nuevo y joven director del colegio Altocastillo y su esposa, con cinco niños!!!!, muy seguidos y muy pequeños; que valor!!!

[Juan José Frías Mora]

Comenzamos el descenso por el canutillo, en busca de la cueva. Sin dudar "la sal de la excursión", incluyendo lamentos, quejidos y risa nerviosas de "papis y mamis"

[Juan José Frías Mora]

[Juan José Frías Mora]

[Juan José Frías Mora]

[Juan José Frías Mora]

Por fin llegamos a la cueva y con tanta gente Chaparro, lógicamente se había ausentado. Los niños, felices!!!