Precioso día; muy cambiante en lo climatológico, con nubes y sol por momentos; con mucho frío y viento gélido en las cuerdas, “calorcito” en las solanas y mucha nieve en la ladera norte.
La pasada semana realizamos una preciosa excursión entorno al Gargantón, encabezada y diseñada por este gran Maestro que es Antonio Hinojosa. Al igual que en esta ocasión (y como es habitual en él), perfectamente planificada y diseñada, incluso con varias alternativas.
Es una ruta exigente, localizada entre los términos municiaples de Huelma y Belmez de La Moraleda.
Teníamos pendiente localizar la fuente del Milagro, que con excelente intución montañera, localizó Antonio y ascender por la magnífica senda en pronunciados zig-zag sube por la solana de la cuerda de los Bolos, buscando la Cuerda del Milagro. Ya hace tiempo, nuestro buen amigo Biker, me había hablado de ella, al igual que Amador Soriano, un joven pastor de Huelma, que asegura el relevo generacional, de esta saga de pastores.
La ladera norte de la Cuerda del Milagro, estaba extraordinaria de nieve, con un grosor de 4-5 cm de nieve polvo. De esa, que cruje al pisar y que asegura un paso firme, seguro y placentero.
Tras sopesar la subida a Miramundos, que se encontraba envuelta de nubes y con mucho viento, decidimos el ascenso. Durante la subida, el cielo se despejó paulatinamente, aunque seguía soplando un viento gélido.
Descender desde Miramiundos a la Fuentezuela, por la rastra, bajo la Morras del Poyo de Mágina; es un auténtico placer, pues además de ir en solana y calentarnos un poquito, se aprecia en altura todo el barranco del Gargantón, el soberbio pinar de laricio del Milagro (umbría de Antón de León) y las sorprendentes formaciones rocosas, que nos hacen “volar la imaginación”.
Desde la Fuentezuela localizamos la Cueva de los Lobos, (que también nos quedó pendiente la pasada ocasión), gracias a la información de Pepe Camel y Amador Soriano. Tiene un acceso nada fácil, pero factible; “para la siguiente”.
En el tramo final desde Cerro Gordo (desconocido por mí) se aprecia el canuto del Boquerón y la imposibilidad de paso en una estrechez con piedra lisa; un embudo, donde me dí la vuelta el pasado año (tal vez con cuerdas??) y que también tenía pendiente de ver, con esta perspectiva.
Por último y tras ver la fuente del Grillomar (gracias a Amador por su nombre), ya muy cerca de Bélmez de la Moraleda, hicimos un giro al puente del Gargantón y finalizamos así, esta magnífica y exigente ruta con notables “subeybaja” y parajes de excepcional belleza.
La tarde estaba preciosa, con unos tonos de luz dorada que envolvían y matizaban todo este rincón de Sierra Mágina.
En mi caso, que había madrugado un poquito mas, me dio tiempo a visitar el nacimiento del manantial de Cabritas, los abrigos de la cueva del Gato y la cueva del nacimiento del río Guadalíjar, encauzado desde su comienzo para llevar agua potable a Huelma.
Una magnífica ruta, una excelente compañía, que además del Maestro Antonio, contó con la Dama de Hierro (Marina) que posee una fortaleza impensable, pues tras haber dormido poco el día anterior, se dio este palizón, para volver a trabajar esa misma noche. También nos acompañó Pepe y Lola, que aunque sufrieron un poco en la subida a Miramundos y en el rodeo de Cerro Gordo, disfrutaron del camino, de la ruta y de la compañía.
Bastante frío al principio, cuando me bajé del coche, para buscar la cueva de Guadalíjar. Ésta, se localiza justo encima de la caseta que caliza el agua, en una robusta zarza. Dentro de esta cueva está el propio, domesticado desde su comienzo, canalizando el agua hasta el municipio de Huelma. Ésta, es una cueva corta, aunque tiene su encanto por la dificultad de acceso, lo reducido de sus dimensiones, con techos bajísimos y mucha estrechez de paso. La recompensa llega al final donde se aprecia el punto donde brota el río.
