Barranco Víbora, Gamellar, Canuto, Viejo camino Pozos de Nieve, Cordel de la Sierra

[Juan José Frías Mora]

Mágina es el lugar donde cielo e infierno se dan la mano. Amor y odio, belleza y aspereza, brusquedad y amabilidad, serenidad y zozobra, calma y tempestad, armonía y tensión; todas caras de la misma moneda, donde la primavera se presenta con punzantes caricias de espinos, los agracejos, los cojines de monja, los mancaperros y los rascaviejas. Imposibles caminos descarnados por el tiempo; desgarrados por el hielo. Calares, lanchares, continuos cambios de ritmo, subidas, escarpes, descensos y de nuevo fatigosos ascensos.
Diez horas y media de “caminar por el infierno, para sentirse en el cielo”.
Esta frase resume esta exigente, agotadora y extenuante excursión que, sin embargo, recompensa y gratifica el severo castigo infringido por esta durísima montaña que, hostiga sin cesar, a quienes nos atrevemos, una y otra vez a quebrantar su soledad y turbar su sosiego.

[Juan José Frías Mora]

Los Frescales de los Miércoles huyeron en esta ocasión y una de las pendientes, saltó a la palestra. Tenía que encontrar algún loco más, que osara "perpetrar" esta temeridad.
La idea era salir salir "temprano" de Hondacabras (en Torres), subir por el Barranco de la Víbora, seguir por el Gamellar, hasta el collado entre el Ponce y el Cárceles y descender, hasta el carril que bordea la base del macizo de Mágina. Desde aquí conquistar el Canuto, para coronar La Peña de Jaén y buscar el paso descendente desde el sendero de los Neveros y cruzar la Loma del Ventisquero hasta la Cañada de la Chozas y desde el Portillo de Mágina bajar a la Fuente del Espino y faldeando el Cárceles por su cara sur, recorrer el Cordel de la Sierra, que nos lleva, al Collado del Víbora y denuevo por su Barranco al vehículo.
Hubo un cambio al visitar el pico Mágina y "adentrarnos" en el embravecido mar pétreo de interminables dolinas, con sus numerosos pozos de nieve y los desdibujados senderos que comunicaban unos con otros.

Esta repito, exigente ruta, tiene varios obstáculos que salvar. En primer lugar la duración de la misma, segundo los escarpado y áspero que resulta caminar tantas horas por estos hoscos lanchares. En tercer lugar la falta de agua pues sólo al inicio, en Hondacabras hay una fuente permanente y en el último tercio, en la Fuente del Espino. Por último, la falta de vegetación hace que con calor resulte imposible poco mas allá de este mes.

y tan temprano!!. Eran poco más de las seis, cuando iniciamos nuestro camino en el barranco de la Víbora. Manolo barruntaba, lo que se venía encima.

En el pilar del Barranco un poco de agua aunque se secará en unos días


primera bifurcación: a la derecha de la misma al Gamellar, a la izquierda y subiendo al collado de la Víbora, que bajaremos, unas horas mas tarde


Pilar viejo del Gamellar, con muy poca agua, que también se secará en poco tiempo

[Juan José Frías Mora]

Mientras la luna intentaba escapar del calor de este día, protegiéndose tras el Ponce


Segunda bifurcación. A la derecha sendero que faldea el Ponce y que comunica con el Puerto de la Mata


Tercero; hay que salvar esta cerca cinegética (puesta en su día tras el primer gran brote de sarna), aunque tras ella el sendero sigue, ascendente y girando a la derecha, con claridad.

Una vez en el Collado entre el Cárceles y el Ponce, de nuevo hay que salvar otra valla cinegética, encarndo nuestro próximo objetivo: El Canuto de la Peña de Jaén. Es una garganta tapizada de una suave lastra de piedras con ligera pendiente

En la foto, se localiza en el centro del promontorio mas alto y en sombra, a la izquierda de la gran lastra de la base derecha, de la Peña de Jaén.

[Juan José Frías Mora]

este tramo de conexión del Collado con el Canuto era inédito para mí, aunque se salva con facilidad, pues un cómodo sendero desciende con suavidad desde el propio collado hasta la misma valla, que separa los términos municipales y que , a su vez, corta el carril. Desde aquí y salvando de nuevo y por encima del mismo, un pequeño vallado cinegético, nos dirigimos a la base del Canuto




La base del Canuto viene "indicada" por un gran tejo muy ramoneado
Es un árbol muy escaso en Mágina, observándose ejemplares aislados, de forma extraordinaria.

Detalle de las hojas del tejo

[Juan José Frías Mora]

Pepe Cabrera al inicio del Canuto


Manolo, que evidentemente "atacó por la derecha"




El canuto, también tiene su "ojito"

[Juan José Frías Mora]

Hasta la mitad del Canuto, "puede parecer" una pedriza mas. Pero cuando empiezan a rodarse piedras, toman velocidad, llegan hasta abajo, comienzas a darte cuenta de la pendiente y vas aprendiendo a "quererlo". Dicen, que del amor al odio, hay un estrecho margen




Manolo mirando al cielo


Miraba a esta cabra curiosa, que ni se inmutó mientras subíamos

[Juan José Frías Mora]

Un respiro para ver el hermoso paraje del Puerto de la Mata, con el Almadén a la izquierda, el pelado Ponce a la derecha y en la parte baja, también a la izquierda, el bellísimo paraje del Hoyo de los Quejigos, objeto de otra pronta visita.


En "el respiro" otro momento para vislumbrar el sendero que cogeremos después del llegar a la Fuente del Espino. Se denomina Cordel de la Sierra y faldea el Cárceles, para encontrarse, por su cara norte, con el sendero que desciende al Collado de la Víbora.


el penúltimo escollo del Canuto; la cuerda

[Juan José Frías Mora]

Aunque con la ayuda de la cuerda, pueda parecer fácil; no lo es


Angostura cerca del final del Canuto



En varias ocasiones, Pepe cabrera, decía que "le faltaban piernas"; será que no las tienes largas!!!!!

Ya coronamos; en la Cruz


Junto a la Cruz, una pequeña esquela dedicada, por los Motañeros de Jaén, a
una persona fallecida

[Juan José Frías Mora]

Confiado grupo de machos jóvenes







Pepe Cabrera y sobre la cima de la dolina, los confiados jóvenes

[Juan José Frías Mora]

Desde aquí, al Pico Mágina fuimos visitando los neveros


En esta zona los pozos, que nosotros apreciamos, son pequeñas oquedades escavadas en el fondo de las dolinas, con pequeñas hormas



Uno de los pozos restaurados


Uno "de verdad"