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Pozos de Nieve en Sierra Mágina
Sierra Mágina es esquiva, difícil, cruel y despiadada con sus visitantes; espartana y agria en sus paisajes; hosca y deforme en su insólita belleza. Tan sobria, tan ácida y desalmada, que atrae con una inusitada fuerza.
Áspera, dura y exigente; jamás defrauda la indómita Mágina!!! La idea original era hacer una circular completa, para localizar el máximo de pozos de nieve, iniciando por el Camino de los Neveros y volver al punto de inicio por el camino de la Loma del Ventisquero. Una intensa niebla y la amenaza de lluvia en las inmediaciones del Mágina, nos aconsejó, buscar el paso de Mágina a la Loma del Ventisquero (que afortunadamente había localizado este pasado domingo, pues hubo algún momento de incertidumbre) y buscar una zona “conocida” para salir por la Cañada de los Vientos o de las Chozas, al carril que cruza por la base de las Morras y la Fuente del Espino o de los Lanaderos. Así, localizamos 20 pozos!!!, escudriñando la infinidad de dolinas (hoyazos) que salpican ese inmenso calar inmisericorde y deformado, que es el macizo central de Mágina. A pesar de no ser una distancia larga en kilómetros (apenas 14 km) y siete horas de marcha, la dificultad estriba en la dureza de los caminos y una continuada sucesión de ascensos y descensos. Y en el caso de ayer, la intensa niebla, el viento y la permanente amenaza de lluvia y “aparato eléctrico”. Los pozos de nieve eran unos agujeros redondos, forrados de piedra y con una horma para evitar los derrumbes. La mayoría de los pozos se encuentran en muy mal estado, estando casi enterrados y derrumbados. Aunque, con paciencia, acercándose a cada dolina y observando con detenimiento, se aprecian signos de su existencia. Por lo general, están situados en zonas con tierra (fácil de excavar) y resguardados, con orientación norte. Por extraño que resulte, aquí la tierra es escasa, estamos en un reino dominado por la roca desnuda. Además, se aprecia el hueco limpio de piedras, en un espacio circular, con presencia de una depresión central. También, en muchos casos, aún se ven las hormas de piedra. Otro signo, es que a pesar de lo inhóspito de la zona, se aprecian caminos de acceso a los pozos y comunicaciones entre ellos. Por añadidura, debían estar en zonas donde fuese, relativamente fácil, acceder con mulas y cercanos a los caminos principales. Por último debía haber vegetación cercana (sabina y enebro rastrero principalmente), que sirviese para aislar la nieve compactada. Un detalle mas, la situación del pozo de nieve, no suele coincidir, exactamente, con el nevero natural, aunque si está muy cercano. Pues debían buscar las adecudas condiciones de suelo y acceso necesarias ya descritas. Pero al estar físicamente cerca, el nevero natural, permitía "alimentar" el pozo, con menor esfuerzo. También aprovechaban, los neveros naturales y zonas menos protegidas, sin necesidad de preparación (como el Callejón de la Gitana), para obtener las primeras nieves y guardar así los pozos, para los meses más calurosos. Resulta sorprendente, que a pesar de la intensidad de la erosión y el terrible desgaste de las grandes heladas y las enormes diferencias de temperaturas entre el crudo invierno y el tórrido verano de Sierra Mágina, se mantengan reconocibles muchas de las estructuras realizadas por los esforzados neveros. Una hermosa excursión, en compañía del Maestro Abelardo. Siempre, es un placer compartir ruta y amistad, aprendiendo de él, en cada momento. Este es el track de la ruta (en verde), iniciada y finalizada en una valla que separa los límites municipales de Cambil y Albanchez. Están los nombres de algunos lugares destacables y la Sima que Antonio localizó en La Morra. En rojo, he añadido el track en el que localizé el viejo y perdido Camino a la Loma del Ventisquero, realizado este pasado domingo. Éste es un pozo de nieve restaurado (foto de otro día), para comprobar como eran y lo que de ellos queda. Lo que puede verse (o casi, no verse) Última edición por Juan José Frías Mora; 19-May-2013 a las 20:13 |
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