Deliciosa y sorprendente ruta por "las playas" de Bercho, en esta ocasión con mi buen amigo David. En estas cimbras, estuvo el frente marino hace millones de años. Fruto de lo cual, son muy abundantes los restos fósiles de erizos (de simetría pentagonal), bivalvos, algas y otros animales. Además, es una zona con numerosos restos de actividad humana. Antiguas chozas, eras y corrales. La guinda son unas "cimbras" o "cintos" que recorren la zona alta del todo el paraje.
No es una ruta fácil, aunque tampoco difícil, pues permite ir por la base de los cimbras o cruzar por medio de ellas. El cruzar por ellas, si puede ser peligroso. Además por la parte alta, la solana de Bercho, hay senda perfectamente practicable, que puede suavizar, mucho mas, esta hermosa ruta (por aquí es un senderismo familiar).
La ruta
Comenzamos (temprano, por supuesto), en Mancha Real, en el barranco del Minao, remontando por la senda señalada como barranco de los Moreguillos (aunque en realidad es el Montejón), para alcanzar la pista asfaltada que asciende al Almadén; en el entronque del carril que sube al Morrón (antiguo puesto de vigilancia forestal) y en el mismo collado de las jaras, (comienzo de Los Llanos de La Mancha), buscar el límite de los términos municipales de Mancha Real y Pegalajar.
En este tramo se aprecian numerosas construcciones de piedra como muros, albarraces, eras y chozas. Tras esto nos descolgamos, buscando las Cimbras de Bercho, con sugerentes pasos y hermosas vistas. Además hay varias chozas, dos de ellas especialmente llamativas; situadas en el paraje del Rincón.
Proseguimos por una vereda bastante reconocible (aunque muy deteriorada), pasando bajo la Peña de las Palomas y coronar el Espolón; un saliente que actúa como balcón sobre Bercho. Descendemos hasta el cortijo del Aprisco, para iniciar la vuelta por el cordel de la Fuente del Tío Ratón, hasta Mojón Blanco. Aquí confluyen los términos municipales de Mancha Real, Pegalajar y Torres, presentando también un vértice geodésico. Antes una visita al desaprovechado y abandonado refugio de Mojón Blanco, cuyos moradores son una colonia de murciélagos.
Tras esto retomamos la vía pecuaria, que ahora es la Cañada del Barranco de los Morelguillos o Cañada del "Minao" y terminar junto a Fuente Paulillos, disfrutando de un trago de agua y la presencia de numerosos renacuajos del pequeño sapo partero.
