Os pongo estas entradas correspondientes al blog de Cuadernos de campo de la
Fundación Gypaetus.
27 de Mayo de 2010
"Primeros dias de hacking en Segura:cambiando de horario"
Ya han pasado 5 días desde que se soltaron a
Quiteria y Tranco, el pasado sábado, y el equipo de seguimiento de la FG está ya totalmente sumergido en el “universo hacking”. Durante este tiempo, desaparecemos del mundo y nos incorporamos a una rutina que gira en torno a los pollos, aún incapaces de volar, a los que debemos atender para que todo transcurra como si nunca se hubieran separado de sus padres. En parte en eso consiste el hacking o crianza campestre, que podría ser la traducción al castellano más fiable de este término inglés. Se pretende que los ejemplares liberados identifiquen este valle, estas laderas y estos cortados como su lugar de nacimiento, a pesar de que lo hayan hecho en alguno de los centros de cría que participan en el proyecto. Para ello pasan la última fase de su desarrollo en una gran cueva en la que, sin sus padres, el alimento es aportado por los técnicos que permanecemos vigilando sus evoluciones y asegurándonos de que todo se desarrolla con normalidad. Esto implica
grandes madrugones, ya que la comida la tenemos que dejar durante la noche, para evitar que los pollos nos vean y nos identifiquen como una fuente de alimento. Esto podría resultar cuanto menos “embarazoso” : ya me imagino con un bando quebrantahuesos siguiéndonos como gallinas esperando a ver si tiramos esos huesos de la tapa de alitas de pollo que nos han puesto en el bar con la cerveza… Ahora en serio, se trata de evitar que los pollos identifiquen al ser humano como una fuente de alimento y que por tanto se acerquen a la gente más de lo deseable. Así que llegamos a la cueva a eso de las 5:30 am, dejamos
la comida, conejos y patas de cabrito y cordero, repartida dos o tres puntos de la cueva y marchamos hasta el punto de observación, donde llegamos entre las 5:50 y 6:00 am. El día ya empieza a clarear a esas horas aunque los pollos aún permanecen dormidos en sus posaderos favoritos, normalmente los lugares más altos e inaccesibles de la cueva, hasta donde llegan demostrando sus nada despreciables dotes de escaladores (recordemos que aún no vuelan). Normalmente aprovechamos para coger fuerzas con un buen desayuno, ya que el primero suele ser bastante ligero, a las 4:40 el apetito no acompaña y sigue profundamente dormido.