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Vino de San Antón
En la noche de las lumbres, la costumbre era tomar vino caliente. La receta es una delicia. En un litro de agua se cuecen docena y media de ciruelas secas (ciruelas pasas) y dos "tronchos" de canela en rama. Al romper a hervir, se le añaden cuatro o cinco cucharadas soperas de azúcar. Por último el toque de gracia, un litro de vino tinto.
Caliente y junto a las lumbres, elixir de dioses. |
#22
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Zurrón de pastor: artesanía de la piel y cuero
La artesanía del cuero ha sido una tradición asociada a las labores de campo y en especial al uso ganadero. Este tipo de trabajos lo realizaban los hombres pues requería de una fuerza notable para manejar cueros, pieles y serrajes.
Este zurrón me lo regaló Juan José "el Carica", cabrero de las Las Casas de Carrasco. Los detalles de su elaboración son de una destreza y de una sensibilidad asombrosas. Todo cortado y cosido a mano. Los adornos en blanco y marrón. La tapa en cuero (en su color) con cuero blanco en segundo plano y las iniciales de mi esposa Rosa y los míos JJ y la M (curvada) de Rosa María enmarcando ambas, es sobresaliente!!. La roseta de la tapa y el resto de adornos en todo el contorno hasta los hombros. El ajuste del interior con bridas de cuero cortadas a mano. La propia elaboración y forma del zurrón es un compendio de sabiduría, habilidad y maestría dignos de admiración. Una obra de arte serrano!!!! Última edición por Juan José Frías Mora; 13-Jun-2012 a las 07:02 |
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Es todo un lujazo.... Ya lo era tu bastón...pero el zurrón lo supera con creces. Enhorabuena.
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Gracias Rafa, todo el mérito y reconocimiento debe ser para Juan José "El Carica"
Cita:
un saludo y hasta pronto!! |
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Con el permiso de Rafa y aunque está en la ruta, creo que este es el hilo donde debe ir
Para redondear aún mas. si es posible, esta extraordinaria ruta y hablando con mi padre (parte esencial de mis fuentes), tenía hace años, desde que se vendió la vieja casa de mis abuelos, en la Calle Nieves, junto al paseo en Villanueva del Arzobispo, tenía estos bastones. Entonces, los iban a quemar, porque no servían “pa ná” y siempre estaban estorbando en las cámaras. Pero a mí, que siempre me han gustado, los rescaté del fuego y los tengo decorando en mi domicilio. Resulta que éstos, se usaban para golpear y mullir los antiguos colchones de lana. A pesar de la dificultad de manejo de un colchón de lana, una sola persona era capaz de hacer la cama, con estos utensilios. Pero además cuando había que lavar la lana, o se hacía en un gran pilar de agua limpia o se llevaba al arroyo más cercano. Tras mojar la lana, las hebras se abrazaban, apelmazándose y haciéndose una pelota. Entonces entraba la “máquina” a funcionar: mi Tía Carmen con el bastón “abría” la lana y mi Tía Pepita con la horquilla, la ahuecaba. Servía para desbrozar la lana y para que además, secase bien. Si toda esta lección de antropología, no fuese suficiente, resulta que los palos se los hizo el batanero del Cañá de la Madera. Hoy el batán, se ha transformado en casa rural (de igual nombre y por la que pasamos). Aunque el edificio original estaba en la misma localización, pero por encima de la actual, justo en el cauce del Arroyo de la Cañá. Están fechados en 1935, tallados junto a las iniciales del artesano “ED”. Por si todo esto no fuese bastante, pues resulta que la madera es de boj!!!!!. No sólo cucharas, cacillos y paletas sino bastones para mullir lana. Esta madera dura y resistente, aunque de tallado fácil, en verde y tras “su curación”, era ideal para que aún mojándose, aguantara muchos años de vida útil. En el caso de los bastones, tras cortarlos en fresco se lijaba la superficie y se colocaban en una guías, clavadas en el suelo, que los ahormasen y mantuviesen la forma recta, mientras “se curaban”. Antes de su secado completo, se tostaba, para oscurecer la corteza y tallar los adornos e iniciales del destinatario. Entonces y para finalizar, se bañaba en betún de Judea y se frotaba con paños de algodón, para sacarle brillo. El resultado de toda esta sabiduría, es de una antigua belleza inigualable. |
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