Rompecalzas-Tamborcillo-Bonicotes-Carrasca Seña-Vadillo-Riberas-Matojo-Grilla-Tamborc

[pepecabrera]

Pariente, como es de día, pues se puede ver la hora.
Nadie me dice el motivo del apagón hasta las siete de la mañana.

Mariano, disculpa que empiece el hilo, pues tú has sido el mentor, como buen consejero y guía, de esta ruta, y tú deberías empezarlo, o también Paco, pero no el último de la escuela, pero voy a estar "liao".



174ª RUTA : 31-08-2013 : ROMPECALZAS – CORTIJOS DE CHILLAR, TAMBORCILLO Y DEL PEÑÓN O DE LOS BONICOTES-PEÑÓN O PIEDRA DE CHINCOLLA-COLLADO DE LA CARRASCA O DE LA SEÑA-VADILLO-CORTIJO DE LAS RIBERAS-CORTIJO DE LOS SESTEROS O MATOJO-CORTIJO DE LA GRILLA-CORTIJO DEL TAMBORCILLO AL ROMPECALZAS.

SE VE : UMBRÍA DE LOS SESTEROS Y LA MARGEN DERECHA DEL GUADALQUIVIR, Y ....

Si el lunes estuve ventorreando el paso del cortijo de los Sesteros de Abajo o Matojo a las de Riberas, por un lado, y por otro, el llegar desde el cortijo del Tamborcillo a los del Peñón o de los Bonicotes, y te dice don Mariano, sí, el villano de adopción y, por derecho propio, gran villano por conocimientos y “empecinamiento” en conocer estas Sierras de las Villas, entre otras, que a las ocho menos cuarto en la Fuensanta, pues qué le vas a decir a la criatura, pues que sí, que lo que usted mande, que a las ocho menos cuarto estoy en la Fuensanta como el mejor “mandao der mundo”.

Pesao no voy a ser con eso de que el tiempo se para ante la Umbría, que vaya “peazo sierra que tenemos a un paso de la Pava”, que ahí está, que no te lo pierdas, que ...
Para, para, ... que decías que no ibas a decir nada y ya vas lanzado ...

Llevas razón. Os cuento.
De la mano de don Mariano nos encaramamos hacia los cortijos del Peñón, el de los Bonicotes, cogiendo, creo, el primer carril que sale a la derecha tras pasar el Tamborcillo en una curva cerrada a la izquierda y junto a otro que sale a tres metros de este en la misma dirección, pero algo más alto, naturalmente.

Sin apenas esfuerzo nos acercamos al collado que tiene a la derecha el Peñón o Piedra de Chincolla, al que nos acercamos a saludar este VERGEL DE OLIVOS SALPICADOS DE MONTE en terras rossas que son de gusto y que ...

¡Qué preciso estás!
Hombre, es que uno lee y .... aprovecho para agradecer a Luis, creo recordar, el que nos mandara el enlace del libro –El agua subterránea en el Parque Natural de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas (Jaén) como Libro Cazorla, baja geología; que muy afortunadamente lo acerca a uno un poco más al conocimiento de estos calares, poljes, uvalas, dolinas y ponor que absorben aguas y nieves para dar lugar a Aguas Negras, Borosa, Aguasmulas, y Segura, entre otros, y hacer tan extraordinario este PARQUE.

Bueno, pues eso, que desde el Peñón de Chincolla, tremenda atalaya que te hace ver y sentir, pariente, nos dirigimos a los cortijos del Peñón o de los Bonicotes, donde, raramente, no había ningún propietario, pero que el guau nos tuvo venteados desde lejos.

Como no quedaba más remedio que pasar por esa morera de moras negras, de sabor “que te mueres”, pues, “sin el permiso de los dueños, porque no estaban, nos comimos unas pocas que sabían a “gloria”, os lo puedo asegurar.

Continuamos el carril para coger el arroyo, cada vez más cerrado, pues en estas fechas sigue bajando agua que sobra de la encauzada por las mangueras, y le dan un verdor de contraste, pero que va cerrando el paso.

Procurando ir por el centro, y tras la fuente a la derecha, encontramos la senda más clara que cruza arriba el arroyo para girar a la izquierda y alcanzar la Carrasca de la Seña.

Se acabó el subir. Unas fotos y un dejar la mirada perdida hacia el Caballo, el Agujero, el Puntal y al valle del Grande nos reconfortó el esfuerzo.

Hasta el Cortijo de las Riberas, pasando por el Vadillo, la pista, que acompaña al Chillar, la cierran a izquierda y derecha para abrirse a Chincolla y la Lancha del Pueblo por la izquierda, que sería nuestro mayor interés.

Bajamos por el carril de las Riberas hacia los prados de abajo, entre el abandono de esos olivos ya hermanados con el monte, para asomarnos, abajo, al Chillar, localizando el inicio de la acequia, en el remanso, analizando la continuación de la senda por la misma margen y ..., perdiendole la “pista” a unos escasos centenares de metros.

Frente a “esos organos” que hacen las paredes que sustentan la lancha del pueblo, en continuación con la raja que hiere la lancha nos pareció ver una exigente subida desde el remanso.

Grata sorpresa nos llevamos transitando por la casi despejada y clara senda que se encuentra al final de los prados y que nos llevó al cortijo de los Sesteros de Abajo o de Matojo para continuar hacia el de la Grilla, sin problemas, y tampoco, todavía, para seguir la senda por debajo del cortijo, paralela al Chillar, cruzarlo y, aunque se cerrará, poder subir con algunas zetas, y alcanzar el cortijo del Tamborcillo por la izquierda, por donde la cuba, y junto a un pequeño níspero, donde puse hito.

Conseguido, Mariano, del Rompecalzas a las Riberas, Vadillo, Nerpeños, Pasá del Cuco, Carrales, Caballo, Agujero, Puntal; o Ojuelo, Santa María, Cagadero, Puerto del Moro, Correderas; o como circular, pariente, entrando por el Vadillo a las Correderas y saliendo por el Puntal, o a la viceversa, en un pis-pas.

¡Anda ya, fantasías!

“Vente pacá, apañao. Yo te avalo la firma de los papeles del permiso de la Dirección General con sus pólizas y todo lo necesario y pertinente”.

Echa las cuentas y verás como nos sobra como una horilla de luz del día para echar un buena penitencia.


"¿Organos del Chillar?", aunque con pocos "pitos" (tubos).

Cortijos del Peñón o de los Bonicotes.

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En Rompecalzas

Don Villano

Qué bien le han caído estos más de veinte litros.
Pedro y Manolo.
No es que tengan mala cara es que no cambié el modo de la máquina.

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Despertando la Umbría.

Olivares en terras rossas.

Dos paisanos "entretenidos" con el espestugo y el bueno de su guau que todavía no ha aprendido a "hablar".

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Principio, o final, de la Lancha del Pueblo.

Castellón, fraile y monja, y Natao.

Ahí queda eso.
En el centro, el arroyo de Natao.

Olivos sucumbiendo.

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La corona formada por la Herrera, Bandera, Nevazos y Cantalares, y el arroyo de Corecia en medio.

Acercándonos al Peñón o Piedra de Chincolla.

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Cuerda hacia las Correderas.

Raja en la Lancha del Pueblo.

Cortijo del Peñón, de los Bonicotes.

Ahí está el "tío", enseñando al que no sabe.

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Manolo


¡Quée!


En medio, el collado de la Carrasca de la Seña.

¿Peñón de Maza?

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No es tan fiero como presagiábamos, pues no paró de ladrar hasta que llegamos a los Bonicotes.

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Haciendo acopio.

Nos dirigimos al arroyo para alcanzar el collado pasando por la toma de agua de las mangueras.

Ascendimos por el cauce del arroyo que estaba más limpio.

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Al cruzar el arroyo, antes de llegar a este pino, sale a la derecha una sendilla que lleva,, por la Garita del Jabalí, al cortijo de los Carraleños y a Jesús del Monte.

Puntal y Torraso.

Desde la Carrasca de la Seña.