Tras la convivencia,el año pasado, con el Club de El Peñón del Toro, que quedó en la memoria como un día a recordar, este año hemos vuelto por los lares y pagos de esta amable gente oscense con la cual es difícil negarse a vivir un día de ruta y degustación en estas tabernas, sin indicativo, como las recuerdo en mi pueblo, en las que tú pones la tapa y la taberna la bebida.
Ruta con encanto, y nunca mejor dicho, por esa sierra de La Encantada con su cueva y atalaya.
“Eso sí, estamos seguros que queda más lejos Huéscar que Úbeda; Ángel, Jesús y compañía”.
Aún así no creo que nadie se niegue a repetir en otra cita.