Para hacer la ruta circular nos dirigimos hacia la finca de Otíñar que bordeamos ciñéndonos al cerro Matilla, sin dejar de disfrutar de las Alcandoras y el valle del Quiebrajano
Después de una dura subida, llegamos al collado del cerro Calar, donde almorzamos. En este punto, estábamos abiertos y dejé el testigo a David, que conoce bien la zona desde muy pequeño.
Al frente tenemos el cerro el Frontón que hicimos por la mañana. Volvemos a entrar en la zona de las corrientes telúricas
Cuevas Negras
Tras una difícil travesía por unos cortados que no recomiendo, aunque hay quien disfrutó muchísimo, llegamos al cerro Veleta, el tercer y último conjunto rupestre que visitaremos hoy