Bueno, cuando parece que un lugar ya no da más de sí, aparece un nuevo concepto: el geosendero. Cuando añadimos a las salidas al campo la componente de la Geología, todo cambia. Ya no se trata de conocer la fauna o la flora, sino como se ha formado la misma montaña, la sierra entera, que es lo más antiguo, lo que debería estar más alto, más bajo, donde hay agua, donde hay fósiles...en definitiva conocer la geología de un lugar es conocer su verdadera historia.
Gracias a mi amigo el profesor Pablo, el cual me ha guiado magistralmente por Otíñar, he descubierto de nuevo la zona y el gran valor que posee. Pero es difícil, muy complicado tener la percepción necesaria para entender que las montañas se mueven, para entender que donde hoy hay una cima, antes había una playa...muy complicado.
Pablo dice que somos como una hormiga que camina por una mesa buscando miguitas de pan, podremos conocer donde está cada miga, cual es más alta, etc, pero nunca tendremos la percepción de que estamos en una mesa y que hay bajo de ella, a no ser, que miremos a la sierra con ojos de geólogo. A esto, le añadimos el componente temporal; es difícil hacerse a la idea de cuanto son realmente 300 millones de años. En fin, poco a poco.
La característica principal de Otíñar, es que se ha doblado, se ha plegado por culpa del cerro de San Cirstóbal y ha quedado de esta forma
aquí vemos el cabalgamiento que se produjo por el cerro san Cristóbal
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