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Antiguo 03-Mar-2009, 02:00
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Amigos tdp y Caminante.

--- No me conocéis aún pero espero que en breve sea. Quiero contaros algo de mis experiencias. De los cuarenta años que tengo treinta y pico me los he pasado en estas montañas las veces que he podido. Al principio y por ser de fuera lo típico, porque me traían mis padres y de paseos sencillos. Pero cuando ya “pululé” por mi cuenta me lancé a la aventura de patearme estas sierras en la medida que alguien que vive a unos 350 Km. podía permitírselo. El caso es que me escapaba la mayoría de veces sólo o en todo caso acompañado de mi gran amigo Domingo el de las Navas a descubrir estos parajes. Aun recuerdo las veces que me adentraba por mi cuenta por la cuerda del Gilillo descubriendo pasos lugares y accesos que no estaban ni en el Alpina. No quiero con ello decir que conozca estos lugares porque además de incierto sería una vanidad en la que no voy nunca a caer. Cada caminante hace su camino al andar y sabe por donde anda.
Tampoco he tenido las ocasiones suficientes como ahora de repasar una y otra vez las rutas hasta comprenderlas en su medida.

--- Digo esto por el hecho de que precisamente por aquella época no existían los GPS ni nada parecido. Y de haber existido poco caso les hubiera hecho pues mi idea era siempre funcionar a mi “bola” y por donde me parecía hasta llegar a donde fuera. Era mi pasión. Practicaba además una de mis mayores disfrutes, lo que yo denominaba y denomino “aristear”. Me cogía un pico, por ejemplo el Banderín, y seguía en lo posible la cuerda de la montaña siempre por las aristas y los picos, hasta el final (normalmente hasta el Collado de la Cuerda). Como veis el GPS hubiera sido inútil en aquellas épocas. No pocas veces al llegar a alguna caseta de vigilancia me reprendían (levemente, claro) por no ir por las sendas o por el hecho de ir solo. También Domingo me lo recordaba alguna vez. Pero me daba igual. Empezaba con el sol y aparecía ya sin él. El caso era estar en la montaña. Me hacía sentir vivo.

--- Pero uno se hace algo más mayor, se adscribe a una mujer (o jefa, como le queramos llamar) y además tiene hijos y a la postre se los trae a la montaña. Si además el fenómeno se me convierte en el Mufloncito 2001 os podeis imaginar el disfrute añadido. Encontraba en mi hijo precisamente el compañero ideal y Sansón sabe bien de lo que hablo. Desde los 4 años se ha pateado la sierra conmigo sin miramientos de lugares o distancias. Y ahora no voy sin él a ningún lugar.

--- Pero entonces uno se da cuenta de que tiene una nueva responsabilidad que antes no tenía. Responsabilidad para con su hijo y familia y porque no decirlo para con uno mismo, ya que mi seguridad ahora es también la de mi familia. Sería por ello que hace dos años recibí un inesperado regalo de la parienta, un GPS y una consigna: sigue disfrutando por tus caminos (ahora además con mi hijo) pero si te hace falta para volver úsalo. Y así lo hice si bien al principio con desden. Pero cierto día me encontraba volviendo con mufloncete de una de mis zonas favoritas por entonces, el Poyo de la Yedra desde Cabañas, cuando una espesa niebla nos envolvió en muy poco tiempo. Con muy reducida visibilidad y un viento huracanado os podéis imaginar la complicación en que se iba a convertir el retorno sobre todo por el hecho de llevar conmigo a un chaval de sólo seis años (aunque valiente y bien pertrechado). Entonces recordé que llevaba encendido el Garmin y que había ido marcando él trayecto realizado. Fue fácil, activé una función denominada trackback y el aparatito me fue indicando con suma precisión la ruta de vuelta al coche en aquellos lugares en que la visibilidad era nula. Aquel día agradecí el regalo y entendí el mensaje de mi mujer. Desde entonces es fijo en mis pateos.

--- Posteriormente tuve la suerte de conocer a Sansón y sus secuaces (con todo cariño, compañeros), los cuales varios de ellos también los llevaban. Recuerdo a nuestro amigo Fernando Majesty comentarme, cada vez que salíamos, los programas, softwares etc. que empleaba para preparar las rutas etc. Entonces vino la etapa de los intercambios de track, el “mira por donde he ido y por donde se podría… ”. Saludos a Fernando que esperemos esté pronto recuperado y nos sigua alegrando las rutas como siempre nos tenía acostumbrados. El caso es que también encontré el disfrute “a posteriori”, ya no solamente antes y durante la ruta, cuando volvía al ordenador y volcaba en el programa de turno el lugar pateado. Se podía comprobar el desnivel acumulado de la ruta, tiempo empleado, perfiles en 3d, en resumidas cuentas, datos y detalles desconocidos hasta entonces para mí y que ahora tenía también un significado añadido al disfrute de rutear.

--- En fin, esta es mi humilde experiencia. Perdonarme por haberme extendido tanto pero el caso es que ya tengo mono de estar allí otra vez.

--- Soy favorable a no llevarlo pero también como veis de llevarlo. Durante muchos años disfruté de estas montañas no llevándolo. Ahora las disfruto igualmente llevándolo. Sólo ha cambiado el hecho de haber descubierto que el disfrute no es incompatible con la seguridad que te puede dar la tecnología. Seguridad que además parte de experiencias y nuevas situaciones que ahora la requieren.
Es por ello que llevo todo un arsenal de aparatos: GPS, telf. Vía satélite (Sansón sabe el porque del teléfono) y un localizador pasivo Spot. Pensar por ejemplo en una simple torcedura de tobillo, pero suficiente para no poder andar, de cualquiera de los compañeros de ruta o de uno mismo (más yendo sólo), en por ejemplo, el Pico del Buitre. Por no pensar en otras posibilidades. Sin cobertura de móviles….

En resumidas cuentas considero que la tecnología puede ser muy útil en casos determinados y en circunstancias que uno nunca puede prever antes de realizar una ruta sin desvirtuar el sentido auténtico del ruteo. Si durante el transcurso de la misma no hacen falta pues mejor. Buena señal.

Saludos y reitero mis disculpas por la extensión.

Por cierto compañeros lo de las migas y el buen vino en el Cabrero yo también me apunto, je, je…
También espero que pronto el amigo Bernardo nos dé un buen garbeo por sus lugares de antaño pues el mufloncete se quedó estasiado de la vida y lugares de este buen hombre.

Última edición por Gacela; 03-Mar-2009 a las 02:15
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