Sensacional y exigente ruta a una cima emblemática de las Villas, El Blanquillo. Magníficamente capitaneados por Agustín García Martínez, recorrimos antiguos caminos que unen las ruinas de hermosos cortijos de antaño. Destacar por ser especialmente bonito, el primer tramo hasta los cortijos de la Ahormadilla o Armailla, pasando por los cortijos de Simón. El tramo del Arroyo del Zarzalar es delicioso, aunque muy pendiente y bastante duro, con estos calores. La recompensa llega con la cima del Blanquillo; espectacular otero, que domina todo el parque. El ultimo tramo, que recorre el Arroyo el Membrillo, comenzando desde el cortijo de los Pingos y la antigua CF del Cerezo es un camino muy perdido, colonizado por romeros, enebros y lentiscos. Se adivina el sentido correcto por las hormas y refuerzos, que se vislumbran durante todo el recorrido y la continua presencia de resiegos. Señalar, a estas alturas del estío, la poca presencia de flores, destacando la presencia de Ononis cephalotes, endemismo del sureste peninsular, compartido con el norte de Marruecos, además de un precioso lino amarillo, un pequeño cardillo Cirsium acaule y lengua de perro o
Cynoglossum cheirifolium . Muy abundantes tanto el Quitameriendas, Colchicum autumnale, muy tóxico, como la Cebolla albarrana Urginea maritima.
Siguiendo las buenas costumbres de los Frescales y en especial de Cesar Albusac Amador, remiendo del nacimiento del Arroyo del Zarzalar.
El track y la identificación de especies es del Maestro Agustín.
Los topónimos nos los facilitó Andrés Serrano, pastor del Zarzalar.
