Monte Poyo Segura de Pontones (Huerta Vieja Fraile Aguadero Cabañuela)

[Juan José Frías Mora]

Maravillosa ruta, exigente y larga, que parte desde la Huerta Vieja para recorrer todo este monte que mira al pantano del Tranco.
Agradezco profundamente a Antonio del Bar El puente de Estación de Espeluy y a Juan Manuel, Hermano mayor de la Cofradía de San Miguel los topónimos e historias aquí relatadas. Tengo que destacar el respeto, casi idolatría sobre las mujeres, madres y abuelas que representaban el alma de estas sierras; sobre las que recaía toda la responsabilidad de sacar adelante cada casa y cada familia. Esto se refleja en la leyendas y nombres de la casas, cuyos topónimos siempre hacen referencia a la mujer que actuaba como cabeza de familia, en cada caso.
Tras coronar el cortafuegos que sale de la Huerta Vieja, se llega a unas antiguas labores denominadas del Robraillo de Arriba, que cuentan con su era. Estas labores se regaban con las aguas del arroyo de la Cabañuela, mediante una acequia, que puede adivinarse a lo largo del camino.
(1) Las disputas entre vecinos siempre han existido y como muestra esta curiosa historia. Siempre había rencillas entre los mozos de Bujaraiza y La Cabañuela. En cierta ocasión cuando los mozos de la Cabañuela tenían todas las herramientas preparadas para sembrar y la tierra dispuesta, los mozos de Bujaraiza subieron y una noche, les rompieron todas las herramientas y desarmaron las tablas, por lo que no pudieron sembrar.
En respuesta los mozos de la Cabañuela derivaron el arroyo de la Cabañuela hacia la sima de la Torquilla, por lo que las labores del Robraillo de arriba, que era sembrado por las gentes de Bujaraiza, no pudieron regar hasta que les pagaron las herramientas y las pérdidas
En la labores del Robraillo de Arriba el camino se bifurca. A la izquierda a la Cabañuela, a la derecha hacia El Fraile. En este caso seguimos a la derecha hasta la Tiná Nueva (figura en los mapas como Tinada de los Frailes).
Tras un tramo de pista, retomamos un antiguo y hermoso camino de piedra hasta el Cortijo del Fraile.
La última habitante del cortijo del Fraile fue una señora que se llamaba Encanta (con entonación en la sílaba “can” y que no tiene nada que ver con la Encantá).
Desde aquí, y en descenso, por el Canalizo y dejando a nuestra izquierda el mingo y la labores del Canalizo, tras él. Buscamos el paso del Arroyo Frío, por otro camino que asciende hasta la Tapuela de la Tía Dorotea y el espectacular puente del poyico del Estercolero, en el paraje denominado por los serranos “Chorreón Alto”, en alusión a la cascada que forma el arroyo Frío.
Recorremos la lancha del Estercolero, quedando mas arriba, hacia la cumbre la lancha Cocones. Desde el camino principal, muy perdido por el incendio sale una pequeño camino con refuerzos y un tranco hasta la Cueva de David. Una cueva ancha donde guardaban vacas. Una pequeña cascada salta sobre la cueva, que presenta un muro, cerrando la cueva, que es más alto por donde se despeña el agua.
Volvemos al camino que remonta el barranco y antes de llegar a la cumbre, el camino se pierde completamente. Se llega a una hoya grande, muy devastada por el incendio y la remontamos hacia la derecha, buscando otra hoya mas pequeña, que es el Juego de la Bola de Abajo. Desde aquí se puede llegar a los Chortales con rapidez.
Nosotros, cresteamos un gran torcal, al que no afectó el incendio, hasta coronar el extremo más occidental de la hoya grande, donde localizamos un gran covarrón con dos entradas, grandes columnas y auténticas cúpulas. Un numeroso grupo de machos monteses, nos estaba aguardando. Hacía ya mucho, mucho calor.
Proseguimos la cuerda hasta el Morro de los Cuatro términos, en cuya cima se localiza un pluviómetro. Lo rebasamos e iniciamos un descenso, por la Lancha del Sabinar, topándonos con una profundísima sima catalogada por el Grupo de Espeleologia de Villacarrillo. Junto a ella otra cueva y otra pareja de machos monteses refugiándose del calor.
Vamos descendiendo, por un paisaje desolado, salpicado de troncos secos, quemados y talados; para buscar el nacimiento del arroyo del Aguadero y encontrar el antiguo camino, en busca de los cortijos del Aguadero y remontar hasta el collado del Enebro, por el camino viejo. Este tramo está en sombra y a esas horas se agradece. Recorremos la cañada de la Cruz para tomar el camino hasta la Cabañuela, que parte donde nace el arroyo de los Horcajillos (figura en los mapas como arroyo Rovuelto).
Todo este tramo, también en sombra, con una magnifico encinar es una delicia tras tanta desolación en la zona alta del incendio.
La Cabañuela bien merece un apartado y disfrutar de este entorno mágico.
La pionera en habitar esta zona fue Madre Maravillas, que así se llamaba y sus hijos. Junto al nacimiento del arroyo del Merera o Fuente de Arriba, sobre una pequeña planicie, algo elevada respecto al resto y que se denomina El Cantón, aún quedan los restos de una tapuela donde habitó Madre Maravillas, a comienzos de siglo XX. Era una mujer fuerte y de “armas tomar”, con mucho carácter y fuerte personalidad. Los hijos se correspondían con el carácter de la madre, aunque un poco mas "borricotes"; tanto que uno de los hermanos mató al otro. Uno de los juegos era sujetarse boca abajo con las manos cogidas a la hierba, mientras el contrincante debía darle la vuelta. Un hermano cogió al otro intentándolo y le apretó tanto, que lo reventó por dentro, le partió la columna y lo mató.
En el núcleo central de la ruinas que hoy quedan, la casa de mayor porte, que es la situada mas al sur, era la Casa Grande o Cortijo de Madre Carmen (madre de Antonio, del Bar el Puente en Estación de Espeluy). Junto a la casa había un gallinero , de uso comunal, que se denominaba, gallinero del Puntalillo. En esta zona y junto al arroyo de la Merera existe un mermecino muy grande. Junto a él una gran noguera que se volcó el mismo día que el último habitante de la Cabañuela se marchó en 1965.
Desde el nacimiento de la Cabañuela, en la junta con el arroyete que desciende desde el collado de la Cruz, está el nacimiento de Fuentes Grandes y Covacho de la Señora, se forma pequeña cascada y un corralillo, que es la Covacha de la Señora.
Mas arriba del nacimiento, existe un corralón entre encinas y varios boliches, para fabricar carbón. Es la tiná del Claro, un hombre que se llamaba así. Si ascendemos desde el corralón se llega a un poyo pequeño, que se cultivaba; Poyo Juanito.
Al otro lado del nacimiento de la Cabañuela, hay una gran piedra, con una hiedra y una estrecha tabla de cultivo. El Huerto del Ruido o del Tío Agustín
Siguiendo con la ruta y en descenso atravesamos el arroyo de la Merera, para llegar a la era del Robraillo y volver al coche en la Huerta Vieja.
Justo antes del arroyo de la Merera está la Huerta del Tío Félix. Este aguerrido hombre, jamás se le hacía de noche en su huerta, por miedo a la Encantá
En el Arroyo del Merera donde se aparecía la Encantá. Un espectro que cuidaba de la naturaleza y asustaba un poco a los vecinos.
Una noche, tras finalizar sus faenas, Columbario padre de Agustina (que está recogiendo historias de la zona en un libro), justo al pasar el arroyo de la Merera, sintió que le enganchaban la ropa. Mientras mas tiraba para zafarse, mas se sentía agarrado. Miraba para atrás, no veía a nadie y el miedo lo paralizaba. La Encantá lo tenía agarrado y se quedó toda la noche, junto a una piedra del camino, hasta que por la mañana la Encantá lo soltó y pudo volver a su casa. Otra noche, se le apareció la Encantá, pero esta vez, en forma de tejón.
En fin, un exigente rutón cargado de maravillosas historias y muchos nuevos topónimos



Aquí en esta segunda foto hay un error. Donde dice Huerto del Ruido o del Tío Agustín debe decir Huerto del Tío Félix

[Juan José Frías Mora]

Era del Robraillo de Arriba


Tiná Nueva


Camino Viejo al Fraile

[Juan José Frías Mora]

Cañá del Fraile. El collado del final es el collao del Hornico, junto al puntal del mismo nombre


Tomamos en descenso el Canalizo, dejando el Mingo a nuestra izquierda y las labores del Canalizo, tras él. Remontamos el arroyo

[Juan José Frías Mora]

Tras rebasar este primer arroyo tributario del Arroyo Frío, el camino hacia la tapuela de Tía Dorotea, se pierde por completo, aunque el tramo de subida es corto, hay bastante pendiente


Nos encaminamos hacia el Puente del Poyico del Estercolero

[Juan José Frías Mora]

Descendemos un poco para buscara la Cueva del David




y el sensacional tranco que la une al camino del Juego de la Bola de Abajo


camino Juego de la Bola

[Juan José Frías Mora]

Camino del Juego de la Bola






Algunos arboles que han quedado, son soberbios. Este arce es espectacular

[Juan José Frías Mora]

Al pasar y remontar el arroyo, se camino se pierde llegando a una gran hoya, que rebasaremos por su derecha y buscar el juego de la Bola de Abajo

[Juan José Frías Mora]

Hay que pasar por una gran rezume de agua, donde los helechos, cortan el camino y casi, nos cubren


Pero enseguida se llega a un torcalón, entre lo que parecen unas antiguas labores


pasamos alguna "peguilla"


Las cornicabras que se han salvado del incendio, en esta zona, son enormes, de porte arbóreo. No es fácil verlas de ese tamaño

[Juan José Frías Mora]

Por fin llegamos al Juego de la Bola de Abajo





Y cresteamos de nuevo otro torcal en donde no se aprecian rastros del
incendio. No hay casi vegetación


Un poco mas abajo si se nota

[Juan José Frías Mora]

Llegamos a la parte mas occidental de la gran hoya quemada y localizamos una gran covarrón y un gran grupo de machos monteses