Indiscutiblemente es el centro de devoción
mariana de la comarca, tanto por su tradición como por la ubicación del
santuario debajo del castillo de la Peña Negra. La bibliografía tradicional
ha inflamado de devoción cristiana sus orígenes, remontándolos al propio
siglo XII ocupado el lugar por los musulmanes que respetarían la pequeña
ermita sita el lugar, recuperada posteriormente por los cristianos y
convertida en santuario.
Hasta
principios del S. XIV la fortaleza de Tíscar estuvo en manos de los
musulmanes perteneciente al reino nazari de Granada. Mas de 70 años mediaron
entre la conquista de Quesada por los cristianos y la posterior de
Tíscar. No fue fácil tomar esta fortaleza encaramado su alcázar en lo alto
de la Peña Negra donde aun continúan sus ruinas. El hecho de esta costosa
conquista supuso la glorificación mariana de este lugar al igual que sucedía
en otros lugares ya tomados. De todas maneras pensamos que la ubicación de
una ermita se haría incluso después, en pleno S. XV debido a las constantes
incursiones de los granadinos a las tierras del alto Guadalquivir, poniendo
en peligro la vida de los que se atrevieran fuera de los recintos
amurallados como el de la fortaleza de Tíscar, ahora en manos cristianas.
Algunos
restos arquitectónicos y ornamentales nos hacen pensar en una cronología de
finales del gótico y del S. XVI. Sin embargo pensamos que el grueso de obra
debió de tener su apogeo hacia el S. XVII y XVIII, construyéndose gran parte
de la apariencia actual y que se conservaron parte de las construcciones
antiguas. Sin embargo los desastres de la contienda civil de la década de
los años 30 del S. XX en España, se dejaron sentir sobre el venerado
santuario que seria desvalijado e incluso desaparecería la imagen barroca de
la Virgen de Tíscar.
Después de la guerra civil y como en otros sitios de profunda raíces
cristianas, el santuario de Tíscar se rehizo alterando parte del aspecto
anterior, demoliendo algunos muros de época medieval y adaptando el lugar y
los accesos al aspecto actual. No hace muchos años se emprendió la reforma
de la capilla de la Virgen con criterios arquitectónicos poco acertados.
El
aspecto actual del santuario conserva el encanto del lugar y el ambiente de
devoción mariana a la Virgen de Tíscar que no se ha perdido. El exterior aun
tiene la traza original de hace algunos siglos, la fachada con
algunos elementos airosos como la espadaña de dos alturas. En el interior de
la capilla es donde mas se han notado los trabajos de restauración y
por lo tanto es el lugar mas alterado. Hoy día presenta una sola nave con bóveda de medio cañón bastante rebajada y con un mampuesto
irregular en todo sus paramentos resaltando el "llageado" de sus piedras. La
fachada del camarín ha sido decorada con pinturas y el interior con escenas
y figuras realizadas con guijarros de colores. Conserva su pequeña cúpula
esférica y restos de un alicatado posiblemente del S. XVI. De su interior
destaca una pequeña habitación que sirve de lugar para el bautismo con
una pila procedente del desaparecido convento de los Dominicos de Quesada y
un magnifico mobiliario de madera en puertas y alguno muebles de época.
Destacar algunos elementos del arte mueble como un magnifico crucifijo con
imagen de Cristo crucificado de tradición renacentista. La talla de la
Virgen se atribuye a Jacinto Higueras del año de 1939-40.
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