Junto a
Quesada, citadas tiempo después aparecen Cazorla, la Iruela, y aún
después Peal de Becerro, que en algunos textos lo hace con el nombre de la
Piel del Becerro (por evolución lingüística Piel-Pial-Peal).
Los
cristianos de manera inestable, pretenderán controlar el espacio del
futuro adelantamiento de la iglesia de Toledo, estableciendo pequeñas
fortificaciones en los límites de sus territorios o en puntos estratégicos
de comunicación dentro de éste. Peal de Becerro parece supeditado a esta
necesidad a medio camino entre Úbeda y Cazorla o Quesada.
Esta
funcionalidad la hace depender de la "capital" del adelantamiento, nos
referimos a Cazorla, así encontraremos ocasiones en las que es denominada
el Peal de Cazorla.
A
partir del S. XIV, el desarrollo urbanístico de Peal transcurre en el
entorno del Castillo o Alcázar, del que nos queda un espléndido recinto
fortificado y dos de sus Torres, la del Reloj y la torre Mocha. A partir
del S. XVIII el crecimiento de Peal se extiende al otro cerro cercano,
conocido como el barrio del Cerrillo que será el núcleo poblacional hasta
el S. XIX.
A partir
del S. XIX y en ese período conflictivo de la Restauración de Fernando VII,
va a declararse Villa, a pesar de depender algunos años más de Cazorla, la
constante lucha de los pealeños por tener autonomía municipal después de
muchos esfuerzos, será en 1.847, cuando la mayoría de las villas de esta comarca
ya llevaban tiempo siéndolo. |