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Introducción Histórica

    La ocupación humana en el piedemonte septentrional del Prebético ha estado siempre sujeta a la vía de comunicación que suponen los ríos subsidiarios del Guadalquivir. Nos referimos al río Cerezuelo y a un afluente de éste, el río Cañamares. Por cierto que este ultimo será el límite geográfico del término municipal de La Iruela hacia el norte lindando con Chilluevar.

    Esta penetración hacia el sur desde el valle del Guadalquivir ha estado ligada a la explotación agrícola de sus tierras, bien de regadío en el valle o como cultivo de secano, hoy olivar y antes cereal.

    Las fases culturales más antiguas las hemos detectado cercanas a las vegas de los ríos, son de época del cobre con una economía agrícola.


    Hemos encontrado este tipo de asentamien-tos en la proximidad de la desembocadura del Cañamares en el Cerezuelo aunque la dispersión de los materiales cerámicos es bastante grande debido sobretodo a las labores agrícolas de las terrazas donde se asientan.

     Aguas arriba del Cañamares hemos detec-tado cerámicas a mano aunque de difícil adscripción en el Molino harinero del Cañamares. También en el cercano castillo de Nubla que sirve de limite de los términos de Cazorla y La Iruela, hemos encontrado cerámicas a mano junto con elementos materiales de fases ibero-romanas.

Valle del Cerezuelo y desembocadura Cañamares donde se documentan los asentamientos del cobre

    Muy cerca del puente viejo del Cañamares y en las proximidades de San Martín, conocemos elementos materiales adscritos a época romana. En el caso de San Martín corresponden a unas tumbas descubiertas hace ya algunas décadas. Por la descripción que tenemos de las mismas parecen ser de tipo tardorromano.

    La falta de territorio municipal en tierras más benévolas para la ocupación humana hace que sea difícil detectar la presencia de yacimientos arqueológicos. Lo abrupto del paisaje del termino de La Iruela no contribuye para que tampoco abunden.

    Al igual que su vecina Cazorla, no hemos encontrado referencias bibliográficas o documentales de esta villa hasta que no aparece en la relación de conquista por parte del arzobispo toledano D. Rodrigo Jiménez de Rada y posteriormente en las Crónicas alfonsíes. Es nombrada como El Eruela y posiblemente como Areola. Imaginarnos sus orígenes no es fácil, aunque tendríamos que pensar en grupos de población repartidos por las campiñas del piedemonte que descienden hacia el valle del Cañamares y en los valles de los arroyos que nacen de la vertiente septentrional de la sierra, Perona, Magdalena o Rechita y otros lugares más cercanos a la propia sierra como la población asentada en las cercanías de Burunchel.


    Población dedicada a la ganadería y en menor medida a la agricultura, así como a los recursos propios de la sierra: madera, caza y recolección.

    Con el peligro de la proximidad y cercanía de las tropas cristianas se van a construir fortificaciones que aprovechando las dificultades propias del lugar favorecen la defensa y protección de estas poblaciones dispersas. Una de ellas probablemente estuviera donde se ubica actualmente el castillo cristiano. No tendría porque ser una construcción ambiciosa, solo lo bastante para que sirviera de refugio.

Burunchel. Plaza del Gusarapo

    Con la conquista de Ximénez de Rada de estos pagos, sus sucesores comenzaron a dotar jurídicamente el territorio y conceder la declaración de villa a lugares puntuales y estratégicamente ubicados geográficamente en sus posesiones. Así la concesión de villa a Iznatoraf o Quesada eran evidentes, el caso de Cazorla seria por otras causas. Seguro que a parte de que hubiera una mayor cantidad de población, el hecho de estar centrada en mitad del territorio y cercana al rió de su nombre, en la cabecera del valle del rió Cerezuelo, debieron de pesar en su elección. Este hecho hizo que se le asignaran aldeas a cada una de estas villas y La Iruela paso a estar bajo la jurisdicción de Cazorla.

    Con la subida al trono de Enrique II en el S. XIV, La Iruela fue recompensada por apoyar al rey en su guerra con Pedro I con la declaración de villa, posteriormente fue derogada esta declaración y produjo enfrentamientos entre la villa y la aldea que se saldo con un penoso incidente de linchamiento popular del concejo de La Iruela por los habitantes de Cazorla con la complicidad del adelantado.

    En 1378 después de un juicio a los culpables y cabecillas del altercado La Iruela tuvo su nombramiento de villa pero con un problema a resolver: La delimitación de las tierras mancomunadas, hecho este que durante siglos fue un continuo foco de conflictos que duraría hasta mitad del S. XIX.

Recinto fortificado de La Iruela

    Durante el S. XVI, al pasar las tierras del adelantamiento a la casa de los Camarasa, La Iruela al igual que Cazorla va a sufrir algunas transformaciones urbanas importantes. A pesar que el castillo presentaba síntomas de deterioro, se inician los trabajos para adaptar parte del espacio intramuros de la fortaleza para construir una iglesia que requirió una preparación previa al tener que nivelar el desnivel del sitio a base de obra y construir en los bajos de la misma por debajo del nivel del suelo las criptas de enterramiento de eclesiásticos y personajes locales.

    Santo Domingo de Silos es su nombre y hoy quedan unas mal cuidadas ruinas de una gran belleza. Se ha considerado una obra menor del renacimiento comarcal, aspecto en el que no estamos de acuerdo al considerarla una construcción de magnificas proporciones y de gran riqueza ornamental aunque este bastante deteriorada.

Detalle del interior
Vista aérea de las ruinas de Santo Domingo  

    En el siglo XVII y XVIII, La Iruela nos presenta un panorama de crecimiento económico y demográfico importante , con algo mas de 2000 vecinos dedicados en su mayoría a la agricultura del cereal y de la huerta siendo importante también el sector ganadero tal y como se desprende de los continuos conflictos con Cazorla por el uso de las dehesas.

    La Breve crisis que se produce hacia mitad del S. XVIII, se supera rápidamente y la población se recupera durante los principios del S. XIX.

    Inicios de siglo que se ven alterados por la presencia de los franceses que aunque permanezcan poco tiempo será suficiente para que conozcamos sus andanzas por los escritos del los secretarios de La Iruela que dejaron constancia de su paso por esta villa y la cercana Cazorla.

    A partir de mediados del S. XIX y sobretodo a principios del XX, se produce una transformación económica que no es exclusiva de La Iruela, la sustitución del cereal por el olivar en un corto periodo de tiempo que provoco una profunda crisis social que se manifestara en una crisis  demográfica y de renta. A partir de mitad del S. XX, La Iruela no se verá afectada

Ayuntamiento La Iruela. Antigua casa del Posito

por la riqueza que genera los recursos madereros de la sierra y solo en las ultimas décadas de este siglo se ha visto beneficiada por un nuevo sector en alza, el turismo.






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