El
fenómeno de las ermitas rurales se desarrolla en otras parte de España en un
momento temprano del S. XI-XII, sin embargo este hecho en nuestras tierras
es bastante posterior siendo parejo con otro momento constructivo de ermitas
y monasterio. Nos referimos a los S. XVI-XVII fruto de la conmoción de la
contrarreforma. También, en menor medida, algunas de estas ermitas nacieron
al amparo de la conquista de territorios por parte de los cristianos y
después de haberse estabilizado la guerra o incluso haber finalizado, surgen
algunos santuarios fundamentalmente ,marianos o pequeñas ermitas
dedicadas a mártires o santos con alguna relación o advocación del sitio.
La proliferación de ermitas, santuarios y monasterios en la comarca de la
Sierra de Cazorla tiene mucho que ver con las raíces políticas de este
territorio, es decir, de quien ha dependido durante siglos. Nos referimos,
por supuesto, al arzobispado de Toledo que ha favorecido este tipo de
establecimientos para su propio beneficio y el de la iglesia cristiana en
general. De otro lado este hecho implica también un desarrollado hábitat
rural que hace que en cada aldea, ante la falta e imposibilidad de
que se levante una iglesia, si lo haga una ermita y sirva esta de
lugar de reunión e identificación de estos grupos rurales. San Julián parece
ser un ejemplo de estas dos constantes en nuestra tierra. Es una
construcción eminentemente rural y nace al amparo de la profunda
cristianización de estas tierras.
Es una
edificación bastante maciza, de una sola altura y planta rectangular con
una sola nave y adosado en el crucero una pequeña sacristía con acceso a la
torre campanario, también de planta rectangular y levantada sobre la
cabecera. En el interior, el altar conserva un retablo con la imagen de San
Julián, soldado romano mártir del cristianismo.
Lo que mas destaca
de esta construcción es su cubierta. Tradicionalmente estas ermitas
conservaban armaduras de madera, con el tiempo estas se han ido
perdiendo sustituyéndose por cubiertas con techos enfoscados que han
destruido el original o los han tapado. El caso de San Julián es único, por
que hemos perdido la armadura de la nave, sin embargo conservamos la
del altar. Esta es un magnifico ejemplo de artesonado de laceria de los
pocos conservados en la provincia en este tipo de construcciones. Es
un artesonado a cuatro aguas en el que se conserva perfectamente el trabajo
de laceria y ajedrezado y la pintura que lo acompaña de motivos florales y
geométricos reiterativos en policromía.
Por paralelos con
otros ejemplos de pinturas sobre armaduras existentes en la comarca debemos
pensar que se tratan de ejemplos arquitectónicos del S. XVI.
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