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Estudio Físico

Historia geológica

    Gran parte de esta cuenca todavía está cubierta en el Jurásico. En el Cretácico aparecen mezcladas formas de tránsito con facies marinas epicontinentales a otras de estuario típico continental; este periodo culmina con depósitos de calizas y dolomías, formadoras de los relieves más importantes de la Sierra.

    El Eoceno se caracteriza por la sedimentación mayoritaria de caliza en la zona prebética y margosa en la subbética.

    En el Oligoceno ya aparecen entre las margas subbéticas materiales detríticos derivados de procesos de erosión.

    Es también hacia el final de este periodo cuando se produce el cabalgamiento más importante en todo el territorio, con dirección Noroeste, plegándose y erosionándose a continuación toda la región.

    Los movimientos tectónicos continúan en el Mioceno Inferior siendo especialmente importantes en la zona Prebética. Durante el Mioceno Medio y Superior, periodos postectónicos, hay movimientos de ajustes de los materiales produciéndose discordancias entre ellos.

    En el Plioceno-Cuaternario los sedimentos son continentales y dependen de diversos factor morfológicos.

    Durante todo el proceso, toda la zona sufre un levantamiento de unos mil metros aproximadamente. Posterior a esta orogenia y movimientos de reajuste, los procesos erosivos y la red hídrica de todo el sistema comienza su disección hasta configurar el aspecto actual de todo el intrincado macizo.

    En términos generales y como visión amplia de los procesos que después se diversificarán en la comarca y más concretamente en los municipios; desde el punto de vista orogénico o tectónico, las capas depositadas y posteriormente elevadas se pueden clasificar en las siguientes variedades:

  1. Zócalo paleozoico plegado y fracturado durante la Orogenia Hercínica hacia el Norte y Noreste.

  2. Cobertura tabular de la meseta. No se plega en la orogenia, pero sí presenta importantes deformaciones cabalgando sobre materiales neógenos de la Depresión del Guadalquivir. Presenta importantes fallas verticales. Los materiales que la constituyen son areniscas rojas alternando con margas rojas y verdes con incrustaciones de yeso en su parte superior. Hacia el Este, también se intercalan con calizas y dolomías de sedimentación marina.

  3. La zona Prebética: Está constituida por materiales alternos, tanto de los derivados de los procesos erosivos de la meseta arrasada, como de los depositados en mares poco profundos epicontinentales.

    En el prebético se puede distinguir dos zonas: la primera es una zona de escamas al Este de la región Tabular y otra zona plegada que baja desde el alto Guadalquivir hasta el contacto con el subbético en el Guadiana Menor. La primera presenta importantes fallas de desgarre, mientras que la segunda forma amplios anticlinales y sinclinales afectados por fallas normales.

    En la zona subbética las facíes son de mayor profundidad y el sedimento marino es continuo con escasos aportes continentales, siendo su estructura interna plegada siguiendo la dirección Noreste-Suroeste con fallas inversas. El contacto Subbético-Prebético se realiza mediante cabalgamiento del primero sobre el segundo al Noreste en un recorrido entre los 15-20 km.

    El neógeno se encuentra en una pequeña proporción que constituye los principios de la gran Depresión del Valle del Guadalquivir limitando con éste.


El clima

    Tradicionalmente, el clima ha condicionado en gran medida las actividades humanas, y esencialmente la agricultura. En la actualidad, teniendo la misma incidencia, ese condicionamiento, tiene menos importancia. La tecnificación de la mayor parte de las actividades, los sistemas de regadíos, los intercambios y comunicaciones han paliado sus efectos.

    No obstante una región, área geográfica o comarca lleva siempre consigo el sello del clima. Nuestra comarca no es excepción a la regla, no obstante y a pesar de estar situada al noreste de la Autonomía andaluza, lejos de la acción de las grandes masas de agua atlántica y mediterránea, lo que confiere gran parte de su continentalidad, el relieve le presta unas características específicas en gran parte de su territorio.

    Siguiendo la ley de las precipitaciones según la cual llueve más en la montaña que en el llano, todo el macizo serrano se ve favorecido por ella.

    También esta ley tiene sus excepciones, puesto que las propias barreras imponen sus leyes particulares a sotavento de las mismas, donde existen importantes sombras de lluvia.

    En los relieves montañosos y enclaves interiores de todo el macizo se generan precipitaciones anuales que oscilan entre los 1000-1500 mm, mientras que en las cotas bajas que se sitúan en los 345 msnm en la confluencia del Guadalquivir-Guadiana Menor, en el Término Municipal de Peal de Becerro, las precipitaciones oscilan en torno a los 400-500 mm.

Zonas de sombras de lluvia, Hinojares

     Hacia el Sur y Este, la Hoya de Baza y la depresión del Guadiana Menor, al abrigo de los vientos húmedos que proceden del atlántico y del mediterráneo, se diferencia del resto por la marcada aridez. La isoyeta de los 350 mm de precipitación se introduce desde Almería sobre los límites de la depresión y la sierra.

    En general, dentro de nuestra comarca, el clima Mediterráneo continentalizado se caracteriza específicamente por los dominios mencionados, según relieve y abrigo aerológico.

    Temperaturas, amplitudes térmicas, precipitaciones y procesos de evapotranspiración dentro de los límites de la comarca varían tanto como la movilidad del relieve y las barreras orográficas, dando paso a numerosos microclimas en distancias de escasos kilómetros en línea recta como pueden ser la Cañada de las fuente y la Depresión del Guadiana Menor en las cercanías de Pozo Alcón, Hinojares o Huesa.


La red fluvial

    Constituyendo la Comarca el núcleo de importantes cuencas hidrográficas, paradójicamente se beneficia poco de ellas, ya que las arterias fluviales que nacen o evacuan las aguas de la sierra, se sitúan en su interior o limitan la comarca. El interés principal no radica en los beneficios agrícolas de sus aguas, sino en la importancia de ser cabecera, cuenca alta y reservorio de la arteria principal, el Río, que configura en todo su interior el territorio andaluz denominado el Valle o Depresión del Guadalquivir.

    Dos son los ríos principales que nacen, ciñen o surcan la comarca:

    En su interior el Guadalquivir: con "surgencia" en la Cañada de las Fuentes, término Municipal de Quesada, en las confluencias de las Sierras del Pozo y Cazorla. Gran parte de su cuenca alta discurre por los términos municipales de Quesada, Peal de Becerro, Cazorla, la Iruela y Santo Tomé al Sureste. A partir del Pantano del Tranco donde gira bruscamente a poniente el Río establece la línea divisoria con la comarca de La Loma a través de los municipios de Santo Tomé, Cazorla y Peal de Becerro, en los extremos Nororientales y orientales de la misma. Como cursos subsidiarios citaremos como el mas importante el Borosa que aportan gran parte del cauce del rió principal en su curso alto.

    El otro Río, que no por denominarse Guadiana Menor, es menos importante, una parte esencial de su caudal se genera en la Comarca, al principio allende los Campos de Hernán Perea cuyo altiplano participa del término municipal de Cazorla y que forma parte del importante acuífero de Castril-Quesada. Posteriormente recibe las aportaciones del Guadalentín, cuyas fuentes se sitúan entre las Sierras de la Cabrilla y el Pozo y donde, en épocas remotas, geógrafos e historiadores han situado las fuentes del río principal.

    Esta arteria fluvial, después de discurrir en su cuenca alta por la Provincia de Granada, a escasos kilómetros de la presa del Pantano del Negratín que regula todo su caudal. Gira en un ángulo aproximado de 90º para dirigirse al Guadalquivir, excavando un profundo valle y limitando o atravesando los términos municipales de Pozo Alcón, Hinojares, Huesa y Quesada.

    Se ha escrito en muchas ocasiones sobre cual es el río principal de Andalucía, que de una u otra forma tiene su nacimiento en el macizo montañoso de la Comarca o el entorno. Científicamente la polémica está resuelta. Todas las características científicas por las que un río se forma como principal, se inclinan por el Guadiana Menor. Sin embargo, los avatares históricos a partir de la Reconquista han propiciado que sea el Guadalquivir la arteria fluvial principal.

Río Guadalquivir a su paso por el puente de las Herrerías. Cazorla

Valle del Guadiana Menor en su curso medio cerca del municipio de Huesa

    El último espacio por conquistar fue la Provincia de Granada. Gran parte de la Comarca se sitúa en terrenos del Adelantamiento por un lado, del Arzobispado de Toledo, por otra parte fueron los Caballeros de Calatrava los artífices de la Reconquista. Dominado el territorio por unos y otros, el Guadalquivir se cristianiza y se civiliza. La Sierra durante siglos es tierra fronteriza y el Guadiana Menor, forma parte del territorio infiel en los límites Norestes de la Provincia de Granada. La madera y la vida cristiana fluyen a través del río conquistado, el otro es el río de las Guerrillas, de las transgresiones de unos y otros por el dominio del territorio, un río peligroso y ajeno. Así, se convierte el Guadalquivir en el río principal.

    En honor a la verdad todas estas circunstancias del "río principal" nos parecen nimias. Con toda seguridad para los antiguos pobladores de época ibérica o romana, tal como parece citarlo Estrabon, seria el Guadalimar y la presencia de Castulo en su curso lo que hacían de él el curso principal.


Acuíferos

    Se distinguen dos grandes acuíferos, el primero el denominado Sierra de Cazorla comprende el Valle del Guadalquivir hasta el extremo occidental con la depresión, el segundo se sitúa en Sierra de Segura, Sierra del Pozo y Sierra Seca que comprende la parte meridional de todo el conjunto y se pone en contacto con la Hoya de Guadix-Baza.

    Nuestra comarca, participa de ambos, destacados por su excelente situación en la cabecera de ríos importantes, Guadalquivir, Guadalentín y Castril, los dos últimos de enorme trascendencia por aportar un gran caudal al Guadiana Menor.

    Con una pluviometría por encima de los 1000mm, parte del invierno cubiertos de nieve, una evapotranspiración reducida y amplia infiltración que oscila entre el 25 y el 35%,se constituyen como grandes reservorios de agua que sueltan lentamente, generando corrientes incluso en verano, aunque el estiaje sea importante en los meses de Julio a Septiembre.

Cuenca fluvial del río Guadalentín

    Las salidas del acuífero suelen realizarse mediante manantiales situados en el contacto de las calizas con materiales impermeables de la base, destacando la buena calidad de sus aguas. Los caudales suelen ser importantes, a veces de hasta 500 l / segundo. El caudal de los ríos y arroyos, no aumenta de forma rápida, sino de manera progresiva, llevando los ríos, salvo excepciones, agua limpia por el cauce lo que les confiere un especial atractivo.


Los suelos de la comarca

    Los suelos, más o menos evolucionados, constituyen la materia sobre la que se desarrolla la vegetación forestal y los cultivos.

    Con sus variantes, los suelos de la comarca, son esencialmente carbonatados con pH básico, los suelos ácidos, sólo se encuentran en enclaves reducidos, y no debido a las características de la roca madre, sino a la acumulación de materia orgánica en depresiones fuertemente forestadas.

    La mayor parte de los suelos, están formados por calizas del Jurásico o Cretácico, por dolomías del Trias y el Lias, por arcillas margosas del Cretácico y el Mioceno o por yesos y sales en las margas triásica.

    Estos suelos, lo Geólogos los agrupan en dos conjuntos principales con sus correspondientes divisiones, según el predominio de uno u otro material. A grandes rasgos, en el Prebético externo o interno destacan grandes masas de calizas sometidas a una fuerte karstificación con predominio en las cumbres y los altiplanos; sobre laderas empinadas se encuentran margo-calizas y calizas margosas; en laderas de escasa pendiente y corredores tectónicos predominan las margas.

Primer conjunto: Suelos básicos poco evolucionados

  1. Litosoles calizos. Dominan en las cresterías calizo-dolomíticas de la sierra, afloramientos rocosos y cantiles. Estos suelos son los que dan lugar a los paisajes típicos de la zona alta de la comarca. Ejemplo de ellos es la Loma del Rayal. Son suelos esencialmente rocosos donde los procesos erosivos y la infiltración del agua impiden casi siempre la formación de otro tipo de suelo más evolucionado.

    En microdepresiones y fisuras no comunicadas de la propia caliza, a veces se acumulan elementos finos que la vegetación coloniza, constituyendo escasos pastizales. Estos pequeños acumulamientos constituyen los pequeños mosaicos de protorendsinas, rendsinas y regosoles calcáreos. Este conjunto constituye lo que se ha dado en denominar desiertos edáficos.

    El escaso pastizal es altamente alimenticio, constituyendo parte de la alimentación de la cabra montés o la doméstica, sobre todo a finales de primavera, verano y principios de otoño.

Cumbres y valle del Rayal. Quesada

  1. Regosoles calcáreso. Se localizan en afloramientos margosos intercalados entre calizas y dolomías. Es un suelo poco desarrollado. Están constituidos solamente por el horizonte A debajo del cual subyace la roca madre. Sobre ellos, se instala la vegetación de encinar, pinar, enebral... de las laderas empinadas, en la mayor parte de la Sierra. Evolucionan a partir de la vegetación, si no hay algún proceso de tipo catastrófico.

Segundo conjunto: Suelos más evolucionados sobre rocas carbonatadas: Son suelos pardos o cambisoles cálcicos y suelos lavados o luvisoles cálcicos.

  1. Los suelos pardos o cambisolescálcicos: Se sitúan en terrenos llanos o poco accidentados, laderas en zonas de campiñas, coluviones de piedemonte, glacis y en algunas terrazas de vega. Presentan un horizonte B de alteración bajo el horizonte A y son los suelos ocupados por la agricultura.

Valle de Don Pedro- Belerda y el aprovechamiento agrícola.

  1. Suelos lavados o luvisoles cálcicos: Presentan un horizonte Br de acumulación de arcillas, se han formado en épocas pretéritas cuando las condiciones de pluviometría y temperatura eran diferentes a las actuales. Son suelos relictos o paleosuelos. Ocupan la mayor parte de los piedemontes y son erosionados intensamente por procesos fluviales. Cuando desaparece el Horizonte A hasta aflorar las arcillas de horizonte B, estos suelos evolucionan hasta convertirse en bugeos de buenas características agronómicas.

La productividad de los suelos

    Los suelos de mayor productividad de la comarca se agrupan en la campiña sobre cotas poco elevadas y relativamente llanos. Los suelos de la vega o fluvisoles que se han constituido a lo largo de los cursos fluviales, aunque poco importantes en superficie, son los mejores para los cultivos, pues a parte de soportar muy bien la agricultura, suelen ser de regadío, con lo que la temporalidad de las precipitaciones apenas les afecta, a no ser que los cauces se sequen en verano.

Suelos de margas y yesos de Hinojares

Suelos de campiña y de las vegas de Quesada

    Los suelos margo-yesosos, aunque se sitúen en terrenos de escasa pendiente, son suelos muy poco productivos y poco evolucionados. Se sitúan cercanos al Guadiana Menor en las zonas de piedemonte en parte de los Términos de Quesada, Huesa, Hinojares y Pozo Alcón.






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