Algunos elementos arquitectónicos permanecen en el anonimato durante
bastante tiempo. Es el caso de este cortijo propiedad hasta hace poco de una
conocida familia de Cazorla. Lo cuidaron y no reformaron nada de su interior
y exterior, utilizándolo exclusivamente como lugar para guardar los aperos
de labranza o de la recolección de la aceituna. Hace poco tiempo fue vendido
y esta familia retiro lo que a su juicio y al de todos los que conocíamos el
lugar había que salvaguardar. Nos referimos a un pequeño nicho en el
interior de la casa con unas delicadas pinturas en las que se
representaba de forma triangular una vista de Cazorla de hace algunos
siglos. Años después he vuelto a este edificio y me he encontrado que ha
sido mutilado exteriormente por la presencia de una valla que lo rodea y
sobretodo por una construcción metálica que sirve de cochera a tractores y
otros vehículos. Me refiero al cortijo de los Nerios.
Esta construcción esta formada por varias dependencias de las que destaca
una gran casona de piedra con sillares regulares. De planta
rectangular, dos alturas y bodega. Presenta en su fachada NW algunos
elementos que denuncian el carácter religioso de este edificio. Nos
referimos a un vano de puerta con arco de medio punto, cornisa y sobre
esta una hornacina avenerada y rematada con un frontón decorado
con elementos que responden al lenguaje simbólico de alguna
orden monacal o de una devoción precisa. Todos los símbolos que se observan
en esta fachada como en la lateral repiten la temática del sagrado corazón
coronado. Simbología muy precisa de determinadas ordenes.
En el Catastro de
la Ensenada de mediados del S. XVIII parece deducirse que los Nerios
son parte del convento de San Felipe Neri de Baeza que se hizo de tierras por estos lugares.
Llama la atención que si se trato realmente de un convento, estaba
totalmente aislado en mitad del campo al contrario de lo que era natural en
la Cazorla barroca de la época. Debería responder mas a una casa de retiro
espiritual o con dedicación a explotar las propiedades que este convento
tenia en tierras del adelantamiento. Tampoco estaba demasiado cerca de Peal de Becerro
y mucho menos de Cazorla de la que distaría de 8 a 9 Km. Su interior no
llama la atención si no fuera por una sala donde se encuentra otra bovedilla
semicircular en la que se encuentra las famosa pinturas de los Nerios.
Algunos
elementos arquitectónicos de esta construcción presentan un acentuado
clasicismo aunque otros son bastante mas tardíos. Nos inclinamos a pensar en
una obra arquitectónica de un momento avanzado del S. XVIII.
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