De esta
fortificación tenemos tan pocos datos como restos quedan en pie, no obstante
podemos al menos constatar que Ximenez de Rada en su conquistas de
estas tierras enumera el castillo de Nubila o Nubla. Debemos pensar que
este lugar en la desembocadura del río Cañamares en el Cerezuelo, sobre un
pequeño espolón, podría tratarse de un pequeño refugio de la población
morisca dispersa en las vegas de estos ríos. Quizás reconstruido en
época cristiana para proteger hacia el norte la ruta de acceso desde el
Guadalquivir hacia la "capital" del adelantamiento, Cazorla.
En la
actualidad solo queda en pie los restos de lienzo de uno de su paramentos
aunque adivinamos que su planta era rectangular. También se adivina que
tenia una estructura defensiva exterior que rodeaba a la torre que
aunque centrada quedaría un poco adelantada hacia la confluencia de los
ríos. Su construcción esta realizada en mortero con cantos de río alineados.
El material cerámico recogido en el entorno nos presenta abundantes
cerámicas romanas de una yacimiento cercano, así como musulmanas y
cristianas junto con otras de siglos posteriores. Actualmente este
paraje a pesar de seguir habitado ha perdido la importancia de tiempos
pasados donde su ermita era de culto permanente. Su cronología debe esta
entorno al S. XII-XIII.
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