Esta gran
casona de planta rectangular y patio trasero, nos ha llegado hasta nuestros
días no sin antes haber sufrido el abandono y el deterioro de algunas
de sus partes. La fachada de tapial enmarcado por bandas de ladrillo macizo
estaba bastante deteriorada, en estos días esta siendo restaurada a la
"manera" tradicional y ha recuperado su perdido esplendor, al igual
que la portada que después de perder parte de la cubierta que lo protegía ha
sido restaurado con acertado criterio.
El interior de esta construcción
presenta los elementos de la arquitectura del S. XVII. nos referimos a la
arcada de dos alturas que presenta la fachada trasera de la casa hacia el
patio. Su material es ladrillo a la usanza del claustro del Convento de la
Merced. Arcos de medio punto y capiteles sin decoración presentando basa las
columnas. Destacan los dinteles sobre arcos con unos canecillos decorativos
realizados en ladrillo. El numero de arcadas conservadas son seis, aunque
hay una parte del paramento del patio que fue invadido por una construcción
lateral que impide observar si continuaba hacia el sur. En el interior
algunos artesonados de discreta factura en la planta baja y el resto de la
edificación muy alterada. Parece que desde principios del S. XX fue casa de
vecinos bastante transformada. Destaca en el patio posterior la presencia de
una fuente en piedra del mismo modelo que las existentes en el claustro de
la Merced o en el del patio de la iglesia del Carmen, con pila central y
cuatro vertedores con representaciones de caras humanas.
El ultimo propietario conocido desde
la desamortización de estas propiedades eclesiásticas fue los mismos
propietarios de la Casa de la Cadenas a las que parece que se la compraron los propietarios actúales. Su estilística esta
dentro del renacimiento al modo del mudéjar toledano, a pesar que sea una obra tardía del
siglo XVII.
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