1. Km 0 - Prado Maguillo
Nuestra ruta comienza en Prado Maguillo, una pequeña aldea de montaña muy cerca de Los Anchos.
Ambas están en un entorno de extraordinaria belleza y conservan bastante bien la arquitectura popular.
Salimos entre huertas, la mayoría ya abandonadas, y a los 500 metros, a la izquierda hay un pequeño
cerro al que es imprescindible subir (son muy pocos metros) para recrearse en las maravillosas vistas
que se contemplan desde él: el valle de Los Anchos en primer plano y, al fondo, las crestas de El Calarico,
Poyo Gavilán y Poyo Alto.
2. Km 0,75 - Desvío al refugio casa forestal de El Bodegón
A la izquierda sale un camino que, al cabo 650 metros, nos lleva a la casa forestal El Bodegón, una de cuyas
construcciones auxiliares ha sido rehabilitada como refugio. La casa y el almacén -al que se llamaba
barraca- ya están en ruinas, pero el paraje, que es un amplio claro en pleno bosque, es encantador.
Volviendo a nuestra ruta, continuamos bajando por la solitaria pista forestal en medio de un gran bosque
de pino laricio o salgareño con sotobosque de encina, un paisaje cautivador que nos acompañará
hasta el final de la etapa. Vamos entre la Loma del Mirandante y el Calar de Peña Rubia, por el encajado
valle del Arroyo del Prado de los Fresnos. Pronto oiremos el rumor de sus aguas, mezclado con el canto
de la abundante avifauna forestal. A la derecha, al otro lado del valle, aparece la inconfundible silueta de
Peña Rubia, con sus paredones verticales que, haciendo honor a su nombre, tienen un llamativo color
dorado y sepia que se acentúa con las últimas luces de la tarde.
A la altura del kilómetro 3, aproximadamente, en el fondo del valle confluyen las aguas del arroyo del
Prado de los Fresnos con las de los arroyos de La Cerecera y La Cuesta del Majano. Por eso, a partir de
ese punto, el cauce que resulta tiene el bello nombre de arroyo de las Tres Aguas.
El ambiente fresco y umbrío del valle propicia la existencia de acebos aislados, pudiendo admirar un
pequeño grupo de ellos en el kilómetro 3,8. Un poco más adelante vemos abajo las ruinas del Molino de
Peña Rubia y su antigua conducción de agua, que nos hablan de un pasado en el que se trabajaba para
sobrevivir, pero donde el agua era mucho más abundante, porque la que circula en la actualidad apenas
podría mover la rueda de un molino con la necesaria continuidad.
En el kilómetro 4,4 hay un manantial de agua que sale a través de una conducción por el lado derecho
de la pista forestal.
3. Km 5,9 - Puente sobre el arroyo de Las Tres Aguas
La ruta llega al fondo del valle y cruzamos sobre este río, que poco después afluye al río Madera. Es un
lugar refrescante con abundancia de mimbreras y juncos, al igual que el cruce sobre el río Madera por
un vado unos 400 metros más adelante. La lámina de agua que tenemos que atravesar suele ser muy
delgada, pero si ha llovido mucho puede tener alguna dificultad. También hay que tener prudencia en
invierno, época en la que puede tener una capa de hielo.
A partir del vado, y ya por el valle del río Madera, caminamos otros 400 metros con el río a nuestra
derecha. En este tramo apreciamos que la vegetación es abundante, pero además hay que saber que las
condiciones de frescor y humedad convierten a la zona en un enclave con una relevante importancia
botánica. Hay, por ejemplo, una población de un equiseto (similar a la cola de caballo) denominado
Equisetum palustre, planta propia del norte cuyas escasas poblaciones andaluzas sólo están en este
parque natural. También se puede ver la centaurea (Centaurea nevadensis), exclusiva de las sierras calizas
del este y sureste de España, y la ajonjera de Cazorla (Carlina baetica), una planta de distribución
restringida al parque natural y sierras cercanas.
4. Km 6,7 - Área recreativa de La Morringa
Este área es un buen lugar para descansar e incluso para echarse una siesta, tal vez por eso los serranos
le pusieron este nombre, que en el habla local es sinónimo de soñarrera. Es un espacio muy agradable
y sombreado que dispone de fuente y mesas junto al río Madera, cuyas aguas discurren mansamente
entre la vegetación de ribera.
Después salimos a la carretera del valle del río Madera y caminamos por ella apenas 200 metros para
tomar un camino que sale a nuestra izquierda. Se trata de un jorro (vía de saca de madera) con algunos
repechos que al poco se convierte en senda. En el kilómetro 7,4 llegamos a un collado donde se abren
vistas hacia el pequeño valle de arroyo Canales, donde vemos la aldea del mismo nombre en la que
finalizará nuestra etapa. En este mismo collado cruzamos una pista forestal que, hacia la izquierda, nos
llevaría a los cortijos de Los Jarales y Los Asperones.
5. Km 7,7 - Arroyo Canales y río Madera
La etapa termina en la pequeña aldea de Arroyo Canales, unos metros después de atravesar el arroyo
del mismo nombre y las huertas que riega. Por la carreterita que pasa por la aldea, a la derecha, llegaríamos
en unos minutos a la aldea del río Madera, que tiene menos casas, pero que con su ermita, su
venta, su plazuela y su antigua casa forestal ha sido siempre y sigue siendo el lugar de referencia del
frondoso y seductor valle de Rrío Madera.
Si en vez de bajar a la aldea del río Madera queremos continuar por la etapa 2 de la variante GR 247.1,
solo hay que cruzar Arroyo Canales, y al llegar a la carretera seguir por el camino que arranca enfrente.
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