Ya en el
estudio arqueológico hemos ido informando de los asentamientos que
conocemos a lo largo de las tierras de nuestra comarca. Hablar de otro
concepto territorial o político en estas épocas antiguas es poco
apropiado, a lo sumo decir que nuestra comarca podría estar entre
Bastetanos y Turdetanos en los últimos siglos antes de Cristo, o que en
época romana esto seria la Betica oriental. Más normativismo histórico
seria imprudente.
Hay dos
momentos históricos donde se produce la homogenización del territorio:
primero, el que muestra a nuestra tierra como parte de Al Andalus
hasta el siglo XIII; segundo, a partir de este momento como perteneciente a las
tierras de la mitra de Toledo y posterior Adelantamiento de Cazorla,
propiedad del arzobispado toledano.
En
algunas fuentes musulmanas del S XII y XIII, aparecen alusiones a términos
y lugares que nos son conocidos y que se refieren a nuestra comarca, Toyam
o Kaigata o Qaysata resuenan en algunas crónicas islámicas, breves reseñas
que al menos indican su existencia como lugares poblados de cierta
relevancia. El resto ¿qué sabemos? Nada o casi nada. La mayoría no
existían y otros no pasaban de ser meras alquerías o aldeas, a lo sumo
algún husum, hims o fortificación para acoger a la población dispersa por estas
tierras. No obstante, nuestra labor de investigadores nos lleva a seguir
rebuscando en textos y bibliografías, así como en trabajos de campo para
cerciorarnos de lo que hoy sólo es una suposición.
La
Historia comarcal toma cuerpo cuando nuestra tierra o sus partes
aparecen en los anales, narraciones o textos de los cristianos y reyes de
Castilla. La conquista del menguante territorio musulmán de Al Andalus, hará
que anoten escrupulosamente cualquier lugar o territorio susceptible de
conquista, no cabe duda que por intereses económicos, políticos y
mucho menos por los narrativos o literarios. La corona, nobleza,
instituciones militares o eclesiásticas se van a disputar el más mínimo de
los territorios conquistados o por conquistar.
"Entonces dio
el rey don Fernando Quesada por heredad a don Rodrigo arcobispo de Toledo;
et esa uilla de Quesada ya fecha et enderecada yaquanto, pero aun la
tenien los moros que morauan dantes.. Mas el arcobispo don Rodrigo,
pasados tres meses después que el rey don Fernando le diera esa uilla,
saco su hueste et fuese sobre ella, et echo ende los moros que adobauan
los derribamientos de la uilla et del castiello, et tomola el, et adobola
a onrra del rey don Fernando que la diera a la yglesia de Toledo. Et
guardo el arcobispo en quanto el uisco este castiello de Quesada con otros
castiellos alla en esa tierra; conuine a saber quales eranlos castiellos:(
)Pilos, Toyam, Lacra, Agosmo, Fonte Iuliani, Turribus de Lacu, Ficu,
Alaulula, Areola, Duobus Germanis, Villa Montini, Nubila, et Castorla,
Concha, et Chelis".
La
narración esta tomada de la obra "De rebus Hispaniae" y de la Primera
Crónica general. Hemos decidido copiar el texto por la importancia que
tiene en sí mismo. ( Maria del Mar García Guzmán. Colección Diplomática
del Adelantamiento de Cazorla. 1231 - 1495. Universidad de Cádiz)
A partir
del S XII la delimitación de los territorios cristianos y musulmanes estaba sometida a continuos vaivenes. El norte peninsular se
encontraba totalmente en manos cristianas, fundamentalmente dividido en
dos grandes reinos: el de León y el de Castilla quedando hacia el NE
Navarra , y algo más al sur Aragón, con algunos territorios en manos
musulmanas en la parte meridional de esta región y en Valencia.
Al
Andalus mostraba un panorama semejante de división a los reinos
cristianos. Los distintos reinos o Taifas estaban carentes de cohesión e
incluso entre ellos existían conflictos armados. Así, nos encontramos con
reinos como el de Córdoba o Sevilla, el de Jaén o Almería y el todavía
reducido reino Ziri de Granada. A estos había que sumarle la relación de
pequeños reinos de vida efímera y que subsistían por pactos de vasallaje o
por tributos, bien a los reyes cristianos o a los propios musulmanes.
Esta
situación histórica provocará que la mal denominada "reconquista"
( opinión personal) no
fuera un proceso continuo y cargado de homogeneidad. Más bien respondía a
las necesidades económicas y políticas que en cada momento se daban. Las
relaciones entre cristianos y musulmanes, pasaban por tanto, por
temporadas de conflictos donde se sucedían escaramuzas constantes, con
otros periodos de treguas y de paz generalizada. Incluso en bastantes
ocasiones, colaboraban unos reinos con otros, indistintamente cristianos y
musulmanes, contra otros cristianos y viceversa.
Así hacia
1212, se produce la famosa batalla de las Navas de Tolosa. Tres ejércitos
de Castilla, Aragón y Navarra, más la ayuda de fuerzas francas y
centroeuropeas, hábilmente movilizadas por la Iglesia, se enfrentan a los
ejércitos almohades. La derrota de los musulmanes fue tan aplastante que los cristianos no
tuvieron el más mínimo problema para controlar el puerto del Muradal,
incluso, atravesando Sierra Morena; conquistar las plazas de Viches, Baños
de la Encina, úbeda, Baeza y hacer incursiones hasta el valle del
Guadalquivir. La débil respuesta musulmana y el agotamiento de las tropas
cristianas hicieron que estas dos últimas se perdieran.
Parecía
inminente la llegada cristiana hasta el valle del Guadalquivir vista la
fragilidad del ejército almohade. Es en estos momentos cuando se emprende la construcción de numerosas fortificaciones de mayor o
menor factura por parte islámica. Las poblaciones musulmanas del
valle alto del Guadalquivir y sus afluentes, distribuidas en pequeñas aldeas, comienzan a mejorar sus defensas, incluso, poblaciones mayores como úbeda, Baeza, Jodar
o Quesada mejoran sus
murallas. Sé esta componiendo la línea de fortificaciones de las
estribaciones prebeticas al sur del río Guadalquivir.
La
situación de inseguridad comienza a plantear la necesidad de construir
pequeñas fortificaciones en lugares protegidos (hims) ,para
controlar las vías de penetración hacia la Andalucía interior.
De ahí, la abundancia de recintos y castillos a lo largo de la entrada
oriental, por el valle del Guadiana Menor y sus cercanías.
Hacia
1154, el geógrafo musulmán Al Idrissi y en "Al-Himyari," cita entre otros
términos geográficos musulmanes a Kaisata y a Sudar, Quesada y Jodar
respectivamente. Es de suponer, no nos cabe duda, que la ocupación en
nuestro entorno estaba muy dispersa y era poco numerosa hacia el S XII.
La arqueología nos está echando una mano. Recientes descubrimientos en Tiscar y Quesada, así lo atestiguan. |